El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha anunciado que retirará a todos sus efectivos de Níger como muy tarde el próximo 15 de septiembre según ha hecho saber este domingo en una declaración conjunta con las autoridades nigerinas.
La fecha ha sido acordada tras la serie de reuniones mantenidas entre representantes de ambos departamentos de Defensa que comenzaron el pasado día 15 de mayo y han terminado este domingo en la capital del país africano, Niamey.
"El Ministerio de Defensa Nacional de Níger y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos encontraron un acuerdo de retirada para llevar a cabo la retirada de las fuerzas estadounidenses, que ya ha comenzado y finalizará a más tardar el 15 de septiembre de 2024", reza el comunicado conjunto.
La Administración de Joe Biden se había resistido hasta ahora a dar un paso que ya había reclamado públicamente la junta de Níger y que implicará el repliegue de unos mil efectivos. También queda en el aire el futuro de una base construida hace apenas seis años y valorada en unos 110 millones de dólares (unos 103 millones de euros).
El Ministerio de Defensa nigerino añade que las fuerzas estadounidenses recibirán todas las "garantías de protección y seguridad durante su retirada" y facilitará "la entrada y salida personal estadounidense, incluidos permisos de sobrevuelo y aterrizaje para vuelos militares".
Ambos departamentos quieren subrayar que "la retirada de las fuerzas estadounidenses de Níger no afecta en modo alguno a la continuación de las relaciones en el ámbito del desarrollo" y retiran su compromiso con el "diálogo diplomático en curso para definir el futuro de sus relaciones bilaterales".
La actividad militar ya estaba muy limitada después de que Estados Unidos rompiese sus acuerdos de cooperación con Níger y parase, entre otras programas, el vuelo de drones, clave para la recogida de información de Inteligencia y la preparación de ataques no sólo en territorio nigerino sino también en otras zonas de la región del Sahel.
El golpe de Estado de 2023, que supuso el derrocamiento del presidente Mohamed Bazoum y aupó al poder a una junta militar, incluyó a Níger dentro de un grupo cada vez más numeroso de regímenes africanos críticos con la presencia occidental y proclives, en cambio, a acercamientos a Rusia.