Reunir a unas 4.500 personas en una prueba deportiva pero no competitiva es un logro del que pocos pueden presumir. Hacerlo, además, por una buena causa como es dar visibilidad al cáncer y recaudar fondos para seguir luchando por encontrar mejores tratamientos demuestra, además, el compromiso de los palentinos con sus organizadores, la Asociación Española Contra el Cáncer.

Las calles del centro de la capital se tiñeron ayer de naranja, el color de las camisetas que se repartieron a los participantes de la undécima edición de la Carrera y Marcha contra el Cáncer, una prueba en la que lo importante era estar y no ganar. Con ese espíritu se dio el pistoletazo de salida o, mejor dicho, la batukada de salida, que corrió a cargo de los aguilarenses de SambaSoom.

Es cierto que el reto que se había marcado la presidenta de la asociación palentina, Rosa María Andrés, era alcanzar los 5.000 participantes, pero el mensaje, que era lo importante, llegó. Gente de todas las edades, desde bebés en sus carritos hasta mayores, tanto grupos de amigos como familias, se pusieron en marcha desde Pío XIIhacia la avenida República Argentina para recorrer los cuatro kilómetros del circuito de la prueba, que recorrió la plaza España, regresó a la avenida de Castilla hasta la subida del Palacio del Obispo para regresar por Mayor Antigua en dirección a la Catedral, desde donde se dirigió a San Pablo para encarar la  calle Mayor. 

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