La Junta de Castilla y León abonó sus facturas durante el mes de agosto en 26,13 días, 0,37 jornadas más que en julio, con una tasas de variación del 1,4 por ciento, cumpliendo así la normativa sobre morosidad, que establece que las administraciones públicas han de pagar a sus proveedores con un límite inferior a los 30 días. La Comunidad pagó bastante mejor que el conjunto de las autonomías, que desembolsaron sus deudas a 30,44 días, 4,85 más que en julio, con un aumento del 18,9 por ciento.
Los datos difundidos hoy por el Ministerio de Hacienda precisan que Castilla y León pagó a sus proveedores sanitarios en 25,71 días, frente a los 25,48 días de julio, mientras que en el conjunto de las autonomías el periodo medio se situó en los 30,99 días.
La deuda comercial de la Comunidad se situó en el octavo mes del año en los 239,67 millones de euros, con una subida del 8,9 por ciento respecto a julio, cuando para el conjunto de las regiones españoles creció un 8,1 por ciento, hasta los 4.583,9 millones. La mayor parte de la deuda era sanitaria, con 177,5 millones de euros. La deuda comercial representaba en agosto el 0,34 por ciento del PIB de Castilla y León, y el 0,31 por ciento de la media de las autonomías.
Por último, la deuda no financiera de Castilla y León se situó en el mes de estudio en los 403,8 millones de euros, con un crecimiento del 9,1 por ciento respecto a julio; mientras que en España alcanzó los 12.145,17 millones, un 1,7 por ciento más. La deuda no financiera representaba en la Comunidad, el 0,57 por ciento del PIB, por debajo del 0,83 por ciento de la producción del conjunto de las comunidades.