«Tenemos gran escasez de veterinarios clínicos»

Pablo Torres
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El presidente del Colegio de Veterinarios de Palencia, Luis Fernando Román, quien ostenta el cargo desde el año 2015, celebra hoy, junto al resto de sus compañeros, el patrono de la profesión veterinaria, la festividad de San Francisco de Asís

Luis Fernando Román, presidente del Colegio de Veterinarios de Palencia - Foto: Eva Garrido

La profesión veterinaria reúne en la provincia a 223 colegiados. Luis Fernando Román, presidente del Colegio de Veterinarios de Palencia, lleva más de ocho años ocupando el cargo, y desde octubre de 2022 lo compagina con la jefatura del Servicio Territorial de Sanidad.

Este pasado viernes entró en vigor la Ley de Bienestar Animal. ¿Cree que es positiva para los animales?
La ley es bienintencionada y, en parte, estoy de acuerdo con ella. El problema es que no se han tenido en cuenta a muchos sectores profesionales, entre los que se encuentra la veterinaria. Nosotros ya hemos dado parte de 70 modificaciones que necesita la ley. 

La gente con animales de compañía debe saber que desde el pasado sábado todos los perros, gatos y hurones tienen que estar identificados con microchip. Además, los gatos deben estar esterilizados antes de los seis meses, y es obligatorio que los animales pasen un reconocimiento periódico. Otra de las cuestiones de la ley es que, para darlos de baja en el censo, debe acreditarse su enterramiento o incineramiento por una empresa reconocida de manera oficial.

¿Qué propuestas tienen para mejorar esta ley?
Por ejemplo, queremos modificar el tema de la eutanasia. Su práctica está permitida para casos en los que se pueda evitar sufrimiento por causas no recuperables. Nosotros queremos que, si un veterinario reconoce que está comprometida la calidad de vida del aninal, se pueda llevar a cabo. 

Un perro que sufre tetraplejia no entra en los criterios para la eutanasia porque es operable. Sin embargo, el dueño puede no aceptar la operación por ser muy costosa. La ley no comprende este caso como válido para aplicar la eutanasia y queremos que eso cambie. 

Uno de los grandes problemas que sacude a los ganaderos castellanos y leoneses es la propagación de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en las vacas. ¿Cómo está la situación en la provincia?
En la provincia, de momento, no hay ningún foco.

¿Qué recomienda a los ganaderos?
Los ganaderos son los que mejor conocen su cabaña. En cuanto detecten un posible síntoma tienen que comunicarlo a  un veterinario. Por otro lado, es muy importante las la desinfección en las explotaciones.

Otra de las grandes preocupaciones de los ganaderos es la sobreprotección del lobo. ¿Qué opinión tienen respecto al tema?
Es un tema muy complejo, y ante un tema complejo no se pueden dar soluciones sencillas. Principalmente porque no las tiene.
Lo que apoyamos y defendemos es que las cosas, en primer lugar, deben hacerse a partir de evidencias científicas. Por otro lado, hay que tener en cuenta los intereses de los ganaderos. 

Aunque pretendamos conseguir la sostenibilidad medioambiental, sin sostenibilidad económica y social no vamos a ninguna parte. Nuestra propuesta es dialogar. Que los sectores afectados se reúnan y pongan equilibrio.

¿Considera que su profesión está infravalorada?
Yo no diría infravalorada. Lo que sí existe es un desconocimiento de nuestro trabajo. Nosotros hacemos una actividad muy silenciosa, que solo se pone de manifiesto cuando ocurre algo.

Hoy en día, lo que más se conoce de nosotros es que atendemos la salud de los animales, pero hay otra gran cantidad de labores que realizamos y que la gente desconoce, como el cuidado del medioambiente o de los alimentos, por ejemplo.

¿Cómo ve actualmente la profesión?
Tenemos gran escasez de veterinarios clínicos, que son los encargados de atender a los animales de producción. La profesión ha pasado de ser eminentemente rural a ser urbana. Los nuevos estudiantes que se incorporan provienen de núcleos urbanos y están muy influenciados por las películas de Disney, donde los animales se representan de una forma muy humanizada. Esto afecta a las futuras generaciones de veterinarios, que están concienciadas en atender solamente animales de compañía y no a los de producción.

¿Qué es lo que demanda?
El mayor reto que tenemos es el de la escasez de veterinarios clínicos. Hay once facultades de Veterinaria por toda España y un alto porcentaje de sus estudiantes solo quiere dedicarse al cuidado de animales de compañía y no a los animales de producción.

Por otro lado, también hay que aumentar el número de veterinarios municipales. La nueva Ley de Bienestar Animal, así como otras leyes, dan una serie de competencias a los ayuntamientos, y estos tienen que tener medios para afrontarlas.

Otra de las cuestiones que queremos cambiar es el tema de la formación. Reclamamos un aumento de los créditos en la carrera de veterinaria, de 300 a 350, puesto que es necesario un aprendizaje mayor. 

¿En qué beneficia el buen cuidado de los animales a la salud de las personas?
Todas las actividades de la profesión veterinaria, que son garantizar y proteger la sanidad animal, el medioambiente, el cuidado alimentario, etc., son tambien aspectos de la salud pública. Nuestro objetivo último es la salud de las personas.

¿Engloba a los veterinarios en el mismo colectivo que los médicos?
Sí. Somos profesiones diferentes, pero ambas somos sanitarias. La veterinaria es una profesión preventiva, mientras que la médica es asistencial. Como dijo Louis Pasteur, que descubrió la vacuna contra la rabia, «la medicina médica protege a la salud de las personas y la veterinaria a la humanidad».

¿Y cree que la gente engloba también ambas profesiones?
Hay algunos que sí y otros que no. Nosotros, desde nuestra posición, debemos hacer un esfuerzo en comunicar a la sociedad todo lo que hacemos, y dejar claro que nuestro último objetivo es la salud de las personas.