A medida que aumentan las consecuencias provocadas por la emergencia climática y la presión demográfica, la necesidad de coordinación para proteger los recursos naturales va creciendo. Las perspectivas ambientales de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) indican que, al actual ritmo de crecimiento, la población mundial superará los 9.000 millones en 2050. Por otro lado, las previsiones de Naciones Unidas apuntan a un descenso del 40% de los recursos hídricos disponibles en el mundo para el año 2030.
En España, donde la práctica totalidad de la población tiene acceso al agua potable, la senda es promover una gestión integrada de los recursos hídricos e incentivar los avances en tecnología y digitalización.
Bajo este prisma, la empresa Aquona ha invertido en Palencia un millón de euros en digitalización para un uso más eficiente del agua. Así las cosas, la empresa ha implementado en la capital un sistema que permite monitorizar en tiempo real lo que ocurre en la planta de tratamiento, en los 250 kilómetros de las tuberías que recorren el subsuelo de la ciudad y el comportamiento de la depuradora de residuales.
Hay que tener en cuenta que España registra una situación especial y es que, siete de las diez cuencas con mayor estrés hídrico de toda la Unión Europea están ubicadas en el país, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. El estrés hídrico se ha convertido en una cuestión de primer orden, y para abordarlo, el camino pasa por mejorar la eficiencia y la sostenibilidad en la gestión del agua. Con respecto a la eficiencia, esta implica disponer de una planificación hidrológica sostenida y una infraestructura eficiente, que incorpore las nuevas tecnologías y se renueve cada cierto tiempo. Además, invertir en infraestructuras asegura la continuidad del servicio, con un menor coste de operación y mantenimiento que cuando se dispone de un sistema anticuado, según los expertos en la materia.
Pero volviendo al proyecto que nos ocupa, hay que recordar que la red de distribución de agua potable de la ciudad está dividida en un total de 19 sectores. El despliegue tecnológico que ha llevado a cabo Aquona permite conocer cuáles son los consumos mínimos, ratios de fuga, variación de presiones en la red o caudales en cada uno de ellos de forma instantánea. En España la fuga de agua supone el 23,5% del agua que se inyecta en la red, lo que supone una pérdida de más de 1.000 hm3 al año. Si este dato se redujera hasta el 10% se ahorrarían 550 hm3 anuales, cifra superior al consumo anual de agua de toda la Comunidad de Madrid.