Investigadores de La Loma hallan nuevos campamentos romanos

Rubén Abad
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Roma movilizó a 9.000 hombres en las Guerras Cántabras para hacerse con el oppidum, cuyo ejército arrasó, ocupó y abandonó tiempo después. Las puntas de flecha superan ya las 3.000

Investigadores de La Loma hallan nuevos campamentos romanos

El castro cántabro de La Loma de Santibáñez de la Peña se ha consolidado como uno de los principales teatros de operaciones de las Guerras Cántabras, de ahí que los arqueólogos centren sus esfuerzos verano tras verano en conocer cómo era realmente este oppidum  de enormes dimensiones que sufrió la ira del ejército romano.

En este contexto, el equipo de investigadores ha hallado este año nuevos asentamientos desde los que Roma cercó la ciudad fortificada y diseñó la estrategia para acabar con este poblado camárico. Estos se encuentran en el propio término municipal santibañés, si bien no se ha desvelado el lugar concreto para evitar el expolio en tanto en cuanto puedan estudiarse en un futuro. 

Y es que en los entorno de La Loma habría un campamento principal (castra principalis), varios secundarios, torres, empalizados y fosos en todo su perímetro. En total, Roma movilizó a unos 9.000 hombres en el asedio peñiego, según las estimaciones de este equipo que lideran los doctores Eduardo Peralta (pionero en la investigación de La Loma), Santiago Domínguez y Jesús F. Torres.

Ellos llevan las riendas de un equipo del Imbeac y Heroica que centra este año sus esfuerzos en el bastión de entrada a la ciudad fortificada, donde siguen apareciendo centenares de punta de flecha de factura romana. «Ya superan las 3.000, además de otros muchos restos que incluyen decoraciones, corrajes, puntas de armas blancas o joyería», explica Domínguez a este periódico.

Otra de las grandes novedades de la campaña es el hallazgo del punto de deposición de basuras de los asediados, con una gran cantidad de restos de animales domésticos. Y es que los camáricos se encerraron con sus vacas y ovejas, y lanzaron fuera los restos. «Sabemos que estos desperdicios son suyos y no de la ocupación romana porque las flechas estaban encima», concreta Domínguez.

Una vez finalizada la campaña, los arqueólogos dejarán todo listo para hacer el castro visitable, con cartelería y barandillas que sirven de guía al turista, al que se le ofrece la oportunidad de acceder por el mismo lugar que los camáricos: el bastión de la muralla en el que se han centrado las excavaciones.

Esta labor de divulgación se completó con una jornada de puertas abiertas, en la que se mostró cómo vestían las tropas romanas. Asimismo, regresarán a Suiza al igual que el año pasado para exponer los nuevos hallazgos a la comunidad científica.