Editorial

Los campin de la Montaña Palentina muestran el camino a seguir

DP
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Han demostrado tener fuerza de atracción y han logrado que muchos visitantes repitan viaje a la provincia

En una sociedad donde cada vez son más frecuentes las autocaravanas para hacer turismo y las reservas en diversas páginas web que ofrecen pisos para dormir en vacaciones, los tradicionales campin situados en el norte de la provincia demuestran el tirón que tiene la Montaña Palentina. Cerca de unos 3.000 visitantes pasaron por el MonteRoyal de Aguilar de Campoo y por el Fuentes Carrionas de Cervera de Pisuerga a lo largo del verano.

El pantano de la villa galletera, cuya playa acaba de ser rehabilitada, y la belleza de la comarca, con grandes zonas para desconectar e impresionantes lugares para practicar deporte hacen que muchos turistas repitan cada verano en tierras palentinas, como así aseguran desde los dos establecimientos. Y este hecho es importante, puesto que repercute positivamente en la provincia. En primer lugar, porque beneficia directamente a la economía palentina. Que se acerquen visitantes todos los estíos hace que, poco a poco, vayan adentrándose cada vez más en una tierra que ya conocen y que tiene muchos lugares para disfrutar. En el norte existe una concentración de bienes románicos inigualable. Muy cerca se encuentra el Geoparque de Las Loras, un espacio natural digno de admiración. Algo más abajo, en las comarcas de Páramos y Valles se concentran el inicio delCanal de Castilla y la Villa Romana La Olmeda. Y si seguimos bajando hacia Tierra de Campos la lista aumenta casi exponencialmente.

En segundo lugar, facilitaría que la provincia, con el boca a boca, cada vez más conocida por personas que nunca la han pisado. Es decir, que cada vez se escuchara con menos frecuencia la pregunta de «¿Palencia con p o con v?» porque cada día más gente sabe colocar en un mapa de España la provincia del Cristo del Otero, de la primera universidad de España, del nacimiento del río Pisuerga y de las bodegas de Baltanás y Torquemada.

Y el objetivo claro de los palentinos, tanto los ciudadanos como las instituciones, tendría que pasar por sumar las dos corrientes, es decir, mantener a los que ya han venido y traer a un nuevo público. Los cámpines son una buena opción, como también lo son todas que están reguladas correctamente, pero los primeros han demostrado tener fuerza de atracción, ya que no son flor de un día y bien llevados demuestran que son un lugar que gusta a los campistas. Ahora solo falta que ese interés por volver se reproduzca en el resto del territorio y que cada año haya una cifra mayor de turistas que contribuyan al progreso de la provincia. Todo ello, claro está, combinado con otros sectores.