El próximo 23 de enero se conocerá la lista de los nominados a los Oscar de 2024, cuya gala se celebrará el día 10 de marzo. Todo el mundo del cine tiene claro que una de las mencionadas será la bellísima actriz Margot Robbie que no solo es la protagonista de Barbie, una de las películas más exitosas en la taquilla de todo el mundo, sino que también es productora de la misma. Y es que sí saben los que la conocen que, tras su envidiable físico, se encuentra un gran olfato e inteligencia. Pero no todo ha sido un camino de rosas para esta australiana de 33 años.
Criada en una granja, se vio obligada a trabajar desde niña para ayudar a su familia tras el abandono del hogar de su padre. A los seis años le diagnosticaron que padecía trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), pero ello no le frenó para intentar cumplir sus sueños. Con claro interés por la actuación desde su infancia, a los 17 decidió mudarse a Melbourne para buscarse un futuro profesional. Sus comienzos fueron en series en pequeñas intervenciones, pero su golpe de suerte llegó cuando fue seleccionada para interpretar el papel de Donna Freedman en el serial televisivo Neighbours (Vecinos) en la que permaneció cuatro años grabando 311 capítulos, aunque en principio solo la habían contratado para uno.
Tras su salida de esta serie se mudó a EEUU, y trabajó de forma relevante en otras series hasta que su participación en la película El lobo de Wall Street (2013), con Leonardo de Di Caprio, le catapultó a la fama.
Después de aquello intervino en variadas películas, que no tuvieron gran repercusión, como Focus o La leyenda de Tarzán. Pero todo cambió en el 2016 cuando entró a formar parte de Escuadrón Suicida, el universo de los súper héroes de DC, en la que, a pesar de las negativas críticas a la película, ella se salvó de la quema. Al año siguiente fue nominada al Oscar por Tonya, un biopic que recordaba la vida de la patinadora estadounidense y el incidente que truncó su carrera. Deslumbró en un papel? secundario: por su encarnación de Sharon Tate en Érase una vez... en Hollywood (2019).
Curiosidades personales; aunque su melena rubia es casi icónica realmente es morena, solo hay que contemplar fotos de su adolescencia. Es muy guapa pero ha recurrido a operaciones de cirugía estética; al parecer se ha hecho una rinoplastia que cambió el tamaño y la forma de su nariz, una cirugía ortognática de mandíbula y, finalmente, le han elevado las cejas y agregado hilos tensores para hacer más atractiva su mirada. Además, como fuerza de voluntad no parece faltarle para cumplir sus objetivos, antes de rodar Barbie siguió una rigurosa dieta para lucir un tipo espectacular.
En su vida sentimental siempre ha sido muy discreta, aunque ha trascendido que ha mantenido relaciones amorosas breves con compañeros de profesión como Henry Aitken, Leonardo Di Caprio o Alexander Skarsgard. Pero el hombre que lleva en su vida desde hace más de siete años es Tom Ackerley, productor de cine, actor y exasistente de dirección de nacionalidad británica, con el que se casó en el 2016. La pareja parece que se entiende a las mil maravillas y ambos han cofundado la productora LuckyChap con la que sacan adelante películas y series, como las mencionadas Barbie o Tonya.