Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La herencia arbitrista

12/12/2023


La reina Isabel la Católica, al instituir la Sala del Crimen en la Real Chancillería de Valladolid, la dota para su plena efectividad y entrega a la justicia de cargos que disponen del sello y registro real para la validación de documentos, los zurupetos. El rey Juan II había determinado que debían ocuparse de los pleitos civiles los oidores y los alcaldes en lo criminal. Isabel necesita de un Cronista del Crimen para que la cuente en crónica fácil de asimilar los asesinatos en la corte, para comprenderlos con total conocimiento y señala al paredeño Berruguete para este fin. A la vez se nombran Relatores que si bien en principio eran independientes acabaron por adaptar el relato a conveniencia, como hoy se hace desde la ventana de Overton. Los Mediadores llegan en el siglo XVI con pleno vigor. Se les conoce como Arbitristas. María Moliner dice que deciden con su propia autoridad y sin someterse a otra. El Arbitrismo es el nombre de una corriente de pensamiento político y económico desarrollado en la Monarquía de la Corona de Castilla, relacionada intelectualmente con la Escuela jurídica de Salamanca, como González de Cellórigo que estudió en la Universidad de Valladolid y fue abogado de la Real Chancillería, quien veía el crecimiento del país exclusivamente en la industria y que la especulación y los privilegios administrativos empobrecían al reino. La ley dejaba a jueces y autoridades la apreciación de circunstancias que moderasen las decisiones. Los Verificadores solo son unos veedores que juzgan el cumplimiento de acuerdos. Hoy se nombra Verificador del proceso catalán a la Fundación para el diálogo humanitario Henri Dunant, masón, creador de la Cruz Roja, y la Medialuna para conflictos árabes, capaz de penetrar en conflictos bélicos sin suscitar controversias entre bandos, por su independencia. La fundación Henri Dunant recibe apoyo financiero del masón Soros. Uno de los mediadores actuales más importantes fue el masón Kissinger, fundador del Nuovo Ordine Mondiale. Pero, ¿qué se puede esperar de los arbitristas? Su nombre lo dice casi todo: arbitrariedades.