Segunda derrota consecutiva para un Becerril que cayó derrotado en el feudo del Burgos CF Promesas, Castañares. El equipo de Francis Olea jugó una de sus peores primeras partes de toda la temporada y sin embargo alcanzó el descanso sin castigo, mientras que en la segunda mejoró notablemente y tuvo su premio con la opción de marcar desde los once metros, pero falló el penalti y a partir de entonces se derrumbó frente a un filial que una vez que vio puerta lo tuvo muy fácil para golear a un conjunto palentino, que ahora deberá afrontar su primer momento delicado del curso.
Ya de salida y durante la totalidad del primer periodo el conjunto dirigido por Álex Albístegui sería dueño y señor de la posesión, sometiendo a su adversario con una fuerte, alta y coordinada presión que lo hicieron ganar con mucha facilidad la pelota. El cuadro de Becerril de Campos sufrió lo indecible en los primeros cuarenta y cinco minutos y se le vería en todo momento muy incómodo sobre el campo, cometiendo toda clase de imprecisiones y sin apenas poder salir de sus dominios.
Con todo, la falta de puntería de los burgaleses les impidió encarrilar el resultado y el Becerril alcanzó los vestuarios sin daño. Los locales sumaron acercamientos de forma constante y tuvieron dos ocasiones de verdadero peligro de gol, pero en la primera el remate final con todas las opciones no cogió palos por poco y en la segunda Sevi salvó a los suyos de encajar el gol merced a una intervención de mucho mérito.
mejor juego, peor marcador. En el descanso Francis Olea dejó bien claro que no le había gustado nada la primera mitad y en el reinicio su equipo apareció en el césped con hasta cuatro caras nuevas. La reacción de los becerrileños fue inmediata y en seguida se pudo ver de otro equipo bien distinto al anterior, mejor colocado, con más pelota y mucho más fiable en los duelos individuales y las segundas jugadas. La mejoría se iría trasladando también al ataque y tras avisar al Promesas con un par de buenos sustos, rondando la hora de partido y en pleno dominio palentino, conseguía ganar una pena máxima por derribo sobre Fabián. Míkel Prieto fue el encargado de lanzar la pena máxima, pero su disparo centrado se topó con las piernas del guardameta local Javi Moral y el mazazo que se llevaría el equipo sería tremendo.
El equipo palentino acusó muchísimo esa jugada. Demasiado, porque a partir de ahí, de seguido e improviso, jugaría todo el rato a remolque de un filial revitalizado con la parada salvadora de su portero. El Burgos Promesas aprovechó el momento y poco más tarde aprovechó un error para llegar a la esquina y desde allí, tras una segunda jugada y un rechace, abrir el marcador.
Encajado el primer gol el Becerril se hundió por completó y diez más tarde en otro córner regalado, un liberado en área chica Isma Garcés hacía el segundo con la testa.
Un nuevo garrotazo para un equipo palentino que todavía recibiría un tercer tanto tras ser pillado en una contra después de robo en zona de salida, ya en el tiempo de descuento y finalizada por el recién ingresado jugador burgalés De la Carrera.