La alfombra más florida, en el Corpus de Carrión de los Condes

Rubén Abad
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Carrión de los Condes vuelve a sorprender con su kilométrico manto de pétalos y serrín teñido que despierta la admiración de cientos de personas. Más de medio millar de vecinos mantiene la llama de esta tradición, que se remonta al siglo XVII

La alfombra más florida, en el Corpus de Carrión de los Condes

Césped recién cortado, restos de café, cáscaras de huevo, harina, arroz molido, sal, más de 2.000 metros cuadrados de serrín teñido y flores de temporada, miles de pétalos de flores como la rosa o el clavel, cubrieron ayer Carrión de los Condes. Estos fueron los principales componentes de la larguísima alfombra floral de más de un kilómetro en torno a la cual se reunieron cientos de vecinos, peregrinos y visitantes que se desplazaron expresamente a la ciudad jacobea a propósito de la festividad del Corpus Christi.

Y es que allí se cumple a la perfección aquello de que «hay tres días al año que lucen más que el sol», y uno de ellos es este. Si bien este año al astro rey le salió un fuerte adversario el viento, que casi hecha al traste el desinteresado trabajo que durante horas realizó el medio millar de vecinos de todas las edades que decoraron desde bien temprano con entrega digna de elogiar cada rincón por el que transcurría la procesión.

Una tradición que se remonta al siglo XVII, cuando el entramado urbano se convertía en un barrizal en días de lluvia. Fue entonces cuando se ordenó acondicionar las calles con paja y flores, convirtiendo esta tarea con el paso de los siglos en auténticas obras de arte efímero a gran escala que despiertan la admiración de cuantos tienen el privilegio de observarlas en primera personas. 

Así, a lo largo del recorrido podían contemplarse coloridas figuras geométricas, kilométricas grecas e incluso una bola del mundo en lo que podría considerarse un guiño a los miles de extranjeros que pasan cada año por Carrión a través del Camino de Santiago.

El resultado fue, como siempre, espectacular y digno de ser retratado en fotografías. No obstante a estas horas ya es historia, pues todo ese trabajo previo dura a penas unas horas, hasta que pasa la procesión. En ella participaron este año una treintena de niños de Primera Comunión a los que se sumaron, entre otros, el alcalde, Luis Miguel Medina; y la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén.