El Camino Olvidado a Santiago fue el protagonista indiscutible en Guardo en unas jornadas organizadas por el Ayuntamiento al objeto de divulgar esta ruta de peregrinación. Itinerario que, a juicio de la concejala de Turismo, Isabel Quiñones, «es el más antiguo, el más auténtico y, a la vez, el más desconocido». Es, además, «el menos turístico y, por tanto, el que más conserva su esencia de tiempos medievales», remató la edil en el transcurso de un acto conducido por Andrés Vázquez en el que el alcalde, Juan Jesús Blanco, ejerció como anfitrión.
«Tenemos que creérnoslo», subrayó el regidor, quien destacó la «enorme evolución» de la ruta en los últimos ocho años. A renglón seguido, puso en valor la condición del municipio minero como «prestador de servicios» para el peregrino con instalaciones como el albergue, la piscina climatizada o el spa. «Ofrecemos al caminante todo lo que necesite», recalcó.
Apoyando la iniciativa se encontraba el vicepresidente segundo de la Diputación, Urbano Alonso, quien calificó a Guardo como un «referente»en el Camino Olvidado a Santiago. «Ha tomado el mando de la promoción de un recurso turístico importante para la Montaña Palentina», sostuvo.
Guardo reivindica el Camino Olvidado como el «más auténtico»El Camino Interior, que así se denominó la actividad divulgativa, reunió en la iglesia de San Juan a un panel de ponentes que departieron «sobre el pasado, presente y futuro» de la ruta que conduce a Compostela. Entre ellos destacó el obispo, Mikel Garciandía, que se centró en la espiritualidad del recorrido. «Podemos vivir en las prisas y en lo cotidiano, y salir a peregrinar siempre implica tener experiencias y encontrarse con la verdad de uno mismo», destacó el prelado.
Por su parte, el escritor y periodista Manuel Guisande departió sobre sus particularidades y Manuel Dos Santos, director de AMGu, se centró en la parte más cultural de este recorrido de 600 kilómetros que nace en Bilbao y muere en la capital gallega tras atravesar la Montaña Palentina desde Nestar (Aguilar de Campoo) hasta Guardo.
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La música fue igualmente protagonista de la jornada, de la mano de los expertos medievalistas Ana Cerezo y Xurxo Romaní. Gracias a ellos, en los muros góticos de San Juan sonaron nuevamente las melodías que se podían escuchar en el interior del templo «hace 600 años, en pleno apogeo del Camino Olvidado», de la mano de instrumentos que habían caído en el olvido, tales como la viola de gamba, la fíbula, la zanfona o la pandereta.