El primer ministro de Portugal, António Costa, ha afirmado que tiene la conciencia "absolutamente tranquila" tras la investigación abierta sobre miembros de su Gobierno y que le ha terminado costando el puesto, si bien ha dejado claro que no tiene previsto ocupar ningún otro cargo de responsabilidad hasta "aclarar" las actuales sospechas.
"Entiendo que el papel que desempeñaba, como primer ministro, no es compatible con la existencia de cualquier sospecha", ha dicho Costa, que dimitió del cargo tras verse salpicado, en una investigación por presunto tráfico de influencias que ha derivado en la convocatoria de elecciones anticipadas.
Un error de identificación en las escuchas telefónicas a sospechosos habría señalado a Costa, sobre el que aún pesa una investigación en el Supremo y que cederá en diciembre el testigo al frente del Partido Socialista (PS) portugués. "Hasta que se aclare este asunto, creo que no debo ocupar cargos públicos, porque es necesario preservar la integridad de las instituciones", ha explicado durante un acto de partido en Alemania, informa la agencia Lusa.
El dirigente luso, que ha subrayado que "la política no es una carrera", ha sonado de manera recurrente para ocupar algún tipo de puesto a nivel europeo, aunque para ello la primera prueba llegará con las elecciones de marzo, ya que cualquier salto internacional de Costa dependería del aval de un Gobierno afín, liderado por tanto por los socialistas.
Costa, que llevó a su partido a la mayoría absoluta en las últimas elecciones, no se presentará a la reelección y no ha aclarado cuál será su futuro. Entre quienes se han postulado a sucederle figuran el ministro del Interior, José Luís Carneiro, y el exministro de Infraestructuras Pedro Nuno Santos.