El Ayuntamiento de Villamuriel de Cerrato ya ha puesto a disposición de sus vecinos la modernizada calle El Caño, una de las vías «más emblemáticas» del casco histórico,   que comunica de manera transversal con el Canal de Castilla y la plaza del pueblo. Además, conservaba íntegramente los valores tradicionales de la morfología urbana y la arquitectura propia de la comarca del Cerrato, con edificaciones de dos plantas en ambas fachadas, algunas de ellas con corral y trasera.

La inversión asciende a 195.800 euros, de los cuales la Diputación ha hecho frente a 38.600 a través de la convocatoria de Planes Provinciales. Esta actuación ha dado como resultado una superficie total pavimentada de 1.181 metros cuadrados, muy utilizado por viandantes y vehículos.

«Con esta obra se mejora no solo la accesibilidad, sino que se actúa también en infraestructuras necesarias para los vecinos», explicó ayer la presidenta de la institución provincial, Ángeles Armisén, durante la visita a la localidad. 

Y es que más allá de la visible mejora estética, también se ha actuado en la acometida de aguas (se da solución así al problema de inundaciones que acusaba este tramo urbano) y se ha apostado por farolas con tecnología led, reduciendo así el consumo eléctrico y mejorando en sostenibilidad y eficiencia energética. A renglón seguido, Armisén aprovechó para agradecer el «intenso trabajo» del Consistorio cerrateño por mejorar la vida de los vecinos y puso en valor la «colaboración» entre las dos administraciones para que vean la luz obras como esta. 

El alcalde, Roberto Martín, hizo especial énfasis en la «mejora de la imagen, la accesibilidad del casco viejo y la calidad de vida de los vecinos», tres de los pilares de las políticas municipales. Además, agradeció en compañía del diputado de zona y edil villamurielense, Juan Antonio Obispo, el «apoyo» que brinda la Diputación a los municipios de la provincia «para mejorar las infraestructuras».

CALABAZANOS

Durante su visita a la localidad, la presidenta también conoció los trabajos que se están ejecutando en el campo de fútbol de Calabazanos, donde se ha construido un edificio de una planta para albergar los nuevos vestuarios de la instalación deportiva.

La obra en cuestión ha tenido un coste de más de 329.000 euros de los que 156.500 han sido aportados por la Diputación. El edificio albergará además de los propios vestuarios, aseos, bar, un cuarto de instalaciones y otro auxiliar. Y es que, como concretó el primer edil, «uno de nuestros objetivos era mejorar las dotaciones deportivas que ponemos al servicio de los ciudadanos».