La Ley de tasas y precios públicos en su artículo 7º alude al Principio de Equivalencia, el cual indica que las tasas tenderán a cubrir el coste del servicio o la actividad que constituya su hecho imponible.
Hablamos de necesidades cuya satisfacción individualizada no resulta posible, sino que es preciso atenderlas de forma colectiva, mediante la aportación de cada uno, de una parte de sus ingresos para que las administraciones públicas dispongan de los recursos suficientes con los que financiar la provisión de los bienes y servicios públicos. El gasto público es el empleo de caudales públicos para la satisfacción de las necesidades públicas.
Esa es la razón de ser del pago de impuestos y tasas, poder disfrutar de unos servicios que no podemos satisfacernos por nosotros mismos con nuestros recursos, como la recogida de basuras, el autobús urbano o el abastecimiento y depuración del agua entre otras muchas.
El Ayuntamiento de Palencia ha sido referente en muchas ocasiones por tener una de las fiscalidades más bajas del país, y con la propuesta planteada por el equipo de gobierno que dirijo lo seguirá siendo, pero hay que aclarar algo, lo que no se recauda vía impuestos o tasas, se paga vía presupuesto, es decir, el dinero sale del mismo bolsillo, con la diferencia de que cuanto más deficitarios sean los servicios, más dinero de los presupuestos tendremos que usar para ellos, restando de ayudas sociales, políticas de empleo, apoyo al sector económico, dinamización cultural o turística o políticas de educación, infancia o juventud o incluso la propia atención al ciudadano.
Para ser conscientes de qué hablamos, pondré el ejemplo de un servicio tan básico como el abastecimiento, depuración y alcantarillado. El gasto del servicio de abastecimiento de agua potable fue para el Ayuntamiento el último año de 4.120.000€ y recaudamos vía tasas 3.373.056, es decir, una diferencia de 746.000 que hay que sacar de los presupuestos y el de alcantarillado y depuración de 4.134.569 cuando se recaudó 2.915.727, es decir una diferencia de 1.218.842.
Existe además una bonificación del 20% para aquellas familias cuyas rentas no superen los 15.120 euros de renta anual que ya introdujimos el pasado año con el ánimo de que nadie se pueda sentir ahogado por el pago de una tasa para un servicio tan básico como el agua.
Por hacernos una idea de los niveles de fiscalidad en los que nos movemos, precisar que el precio del agua que se cobra a los palentinos es de 0,18 por m3 en el primer rango de consumo mientras que varios municipios del alfoz lo cobran por encima, es decir, somos más baratos que municipios a los que incluso depuramos o servimos el agua.
Efectivamente aquí hay dos caminos, el que se siguió hasta la legislatura pasada, donde ante la imposibilidad de cubrir el déficit de los servicios públicos se iban inflando los ingresos para cuadrar los presupuestos y luego dejar de pagar a empresas y proveedores las revisiones de precios, restando capacidad a la política y ejecutando lo justo o ir a un proceso de actualización de tasas para minorar ese déficit que lastra un desarrollo más rápido de la ciudad y para acercarnos a niveles de recaudación de las ciudades de nuestro entorno, incluso de municipios de nuestra provincia.
No existe afán recaudatorio alguno, existe afán de mejora en la prestación de los servicios públicos de la capital, existe el convencimiento de que tenemos mucho margen de subida en el nivel de satisfacción de los ciudadanos con respecto de los bienes y servicios que les presta su Ayuntamiento, y la oportunidad de relanzar la ciudad a través de políticas distintas a las que se han venido haciendo y que no han dado resultado alguno. Pero para ello, es necesario actualizar lo que se paga por los servicios, porque resulta inviable prestar los mismos servicios que hace 12 años al mismo coste, quien mantenga lo contrario, simplemente está mintiendo.
Dos ejemplos prácticos de lo que en estos momentos se está trabajando en aras a mejorar los servicios públicos que damos a los palentinos: el servicio de transporte urbano que tiene que mejorar sus frecuencias y ampliar sus paradas debido a las nuevas zonas de expansión de la ciudad (paseo de la Julia) y a aquellos lugares con gran flujo de personas como los dos centros asistenciales de la capital o realizando paradas a demanda, especialmente en los horarios nocturnos. Lógicamente, que un ciudadano en vez de esperar 20 minutos al autobús lo espere 10 tiene su coste, como tiene su coste que las líneas se amplíen en función de las nuevas demandas.
Otro de los servicios que tenemos que mejorar es el de la recogida del papel y cartón. El pliego actual no prevé el servicio los domingos y está resultando del todo insuficiente, si queremos que nuestra ciudad presente otra imagen debemos modificar las condiciones que tras la experiencia actual están fallando.
Así podríamos hablar de Escuelas Infantiles o del servicio de grúa, mejorar lo existente supone un coste que tenemos que decidir si asumimos o no.
Soy consciente de que hace años la política abandonó la pedagogía, y sé, que en política fiscal, donde el discurso «del dinero en el bolsillo de los ciudadanos» y la permanente congelación de tasas es cómodo y popular de esgrimir, hacer pedagogía es más difícil aún, de ahí este esfuerzo por intentar explicar que esa actualización es totalmente proporcionada y que nos sigue manteniendo en uno de los niveles más bajos del panorama municipal español.
(*) Miriam Andrés es alcaldesa de Palencia.