La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) causa estragos ya en las explotaciones ganaderas de la Comunidad y su extensión cada vez más rápida provoca que aumente la preocupación entre los ganaderos. Los últimos datos facilitados por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural revelan que casi 700 animales más fallecieron en el mes de agosto en la zona declarada por esta enfermedad, unas cifras que serán mucho más elevadas cuando se conozcan los datos de septiembre.
De momento, la detección de más focos en cuatro provincias de Castilla y León ha obligado al Ministerio a ampliar a toda la Comunidad de la restricción del movimiento directo para vida del ganado hacia otros estados miembros, lo que está causando un gran perjuicio económico para los ganaderos, que se quejan por la falta de ayudas y la inexistencia de un protocolo para el control y vigilancia de dicha enfermedad.
Las altas temperaturas propician que el mosquito del género culicoides, el que transmite la enfermedad hemorrágica epizoótica, contagie más explotaciones y se haya extendido prácticamente por toda España. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ya ha reconocido focos en las provincias de Salamanca, Zamora, Segovia y Ávila. Concretamente, el último informe emitido el pasado 11 de septiembre se refiere a los últimos casos localizados en las localidades salmantinas de Peñaranda de Bracamonte, La Fuente de San Esteban, Ciudad Rodrigo, Tamames y Lumbrales; Navaluenga (Ávila); Toro (Zamora) y Segovia.
Unos datos más actualizados por la Junta, donde concretan que en las unidades veterinarias de las zonas declaradas con EHH ya se han contabilizado 665 animales muertos más en agosto de 2023 respecto al número de fallecidos en agosto de 2022, lo que supone un 0,47% del censo total (848.593 cabezas). Las provincias más afectadas por esta enfermedad son Salamanca, donde la cifra de animales fallecidos ya supera los 450, seguida de Zamora con 117 y Ávila con 104.
Hay que recordar que la enfermedad no afecta a los humanos ni provoca un elevado número de bajas en las explotaciones, aunque sí implica una restricción del movimiento directo para vida del ganado hacia otros estados miembros de animales bovinos, ovinos y caprinos.
No afecta a los humanos.
El Ministerio insiste en que no se establece ningún tipo de restricción con relación al movimiento o consumo de productos de estos animales (carne, leche, piel, etc.) ya que la EHE no es una enfermedad que afecte al ser humano. Respecto a los movimientos nacionales, los animales y vehículos deben estar desinfectados para movimientos desde la zona afectada hacia zona libre, con ausencia de sintomatología en ganado bovino. Además, las mismas fuentes recuerdan la importación de comunicar de «manera inmediata» a los servicios veterinarios cualquier sospecha en las especies susceptibles, domésticas y silvestres, «para valorar el impacto de la enfermedad y su distribución, recomendando adoptar medidas de desinfectación en animales e instalaciones como sistema de lucha contra el vector, así como el tratamiento sintomático de los animales enfermos tan pronto como aparezcan los síntomas en los mismos».
Por su parte, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Gerardo Dueñas, ya solicitaba el pasado lunes un marco nacional y el desarrollo de medidas de manera conjunta ante la enfermedad, dado que el sector necesita una «certeza» sobre una capacidad de apoyo a una situación totalmente desconocida hasta ahora. Recordó que desde la Junta se ha puesto en marcha un protocolo de actuación e insistió en que las cifras de morbilidad se acercarán al «diez por ciento», mientras que la mortalidad será del «uno por ciento». Hay que recordar que dicha enfermedad aún no tiene vacuna ni los daños están cubiertos por Agroseguro.