El Partido Popular organiza hoy la Ruta por la igualdad, una jornada que busca denunciar «los agravios de Pedro Sánchez» y defender los valores constitucionales. En este contexto, el catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Valladolid y exconsejero de Educación como independiente entre 2015 y 2019, Fernando Rey, protagoniza el coloquio titulado Las amenazas de la igualdad, a las 18,15 horas, en el hotel Castilla Vieja.
En su conferencia hace referencia a «las amenazas de la igualdad». ¿Qué amenazas considera que existen a día de hoy?
En nuestro país hay un nivel alto de igualdad si lo comparamos con cualquier otro de nuestro tamaño y entorno. Sin embargo, la igualdad real experimenta numerosas amenazas.
Diversos estudios nos advierten, por ejemplo, de que los niveles de pobreza severa y de riesgo de pobreza no ceden; de que nuestra estructura económica no es muy estable, de modo que cuando hay crisis cíclicas, el nivel de renta se deteriora muy rápidamente; y de que nuestros magníficos servicios públicos están sufriendo erosiones de cierta importancia y necesitan una profunda revisión para hacerlos sostenibles en el tiempo.
Desde la política también se generan amenazas. La más importante es, sin duda, la posición de desigualdad privilegiada que, en distintos órdenes, están reclamando los independentistas.
¿La amnistía supondrá la ruptura de la igualdad entre españoles?
Eso no lo puede negar nadie, ni siquiera los que la apoyan. Cualquier amnistía es una excepción radical del principio de igualdad. En el caso actual, a unos señores no se les va a aplicar unas penas que sí se siguen aplicando al resto de personas que hayan cometido idénticos delitos.
La cuestión es la de determinar si esa excepción está justificada o no. A mi juicio, claramente se trata de una amnistía obscenamente arbitraria porque no pretende pacificar a la sociedad catalana, sino tan solo favorecer la conquista del Gobierno. La amnistía no arregla nada, empeora la convivencia.
En una entrevista a este periódico, Jesús Quijano, jurista y exsecretario regional del PSOE en Castilla y León, declaró que los jueces, a pesar de que la ley entrara en vigor, iban a seguir teniendo las competencias adecuadas para valorar cada caso. ¿Lo ve así o considera a esta ley una amenaza real para la separación de poderes?
Con la amnistía, el legislador toma decisiones penales por encima de los jueces. Puede hacerlo, entre otras cosas, porque es quien establece el Código Penal. Si puede imponer la regla, puede imponer también la excepción, aunque se plantee una duda legítima porque la Constitución Española no permite expresamente las amnistías.
Esta amnistía supone que el Estado español le dice a los delincuentes independentistas que actuaron correctamente y, por tanto, a las fuerzas y cuerpos de seguridad que trabajaron para que se cumpliera la legalidad, que lo hicieron incorrectamente. Es el mundo al revés. Esto es un ejemplo claro de injusticia flagrante.
Otros factores como la diferencia de oportunidades entre el medio rural y las ciudades, ¿son también un condicionante a tener en cuenta para la igualdad?
Por supuesto, porque todos somos iguales con independencia de donde residamos. Hace falta un gran pacto de Estado en este campo que introduzca medidas eficaces. Sobran palabras y faltan acciones.
¿Cree que esas diferencias se pueden paliar para tener un país más justo?
Se pueden y se deben.
¿El grado de conocimiento de los individuos puede acentuar esta distinción?
Yo creo que la gente, incluso la que no pertenece al medio rural, empieza a tener una sensibilidad acerca de este problema. Las tractoradas de hace unas semanas fueron una buena llamada de atención.
Sin incentivos de todo tipo, el medio rural se seguirá desangrando. Otra cosa es que también este espacio tendrá que organizarse de otro modo porque no todo se puede tener en todos los sitios. Hay que hacer un análisis realista y conjunto sobre los problemas y las soluciones, pero eso requiere un nivel de acuerdo entre PP y PSOE que hoy por hoy está lejos de ser una realidad. Todo lo bueno, políticamente hablando, de nuestro país ha venido del acuerdo entre estos dos partidos.
¿Cuál cree que son los factores (sociodemográficos, étnicos, políticos…..) que generan mayor discriminación en el país?
Las discriminaciones se producen en el área económica y también en el político. La izquierda clásica marcaba el punto central de la desigualdad en el diferente nivel de renta (burgueses y proletarios), pero ha evolucionado en el sentido de que, a menudo, la menor renta está asociada a fenómenos estructurales ligados a prejuicios discriminatorios (mujeres, personas con discapacidad, mayores, extranjeros, etnias minoritarias, etc.), de modo que hay que luchar específicamente contra este tipo de discriminaciones si queremos avanzar seriamente en la igualdad.
Su conferencia se lleva a cabo en la semana del 8-M, Día Internacional de la Mujer. ¿Cómo valora la igualdad actual entre hombres y mujeres en el país?
Sabemos que se ha avanzado mucho, pero también que falta mucho por hacer. Las tozudas cifras sobre la diferente situación de mujeres y hombres en el trabajo, la educación, la toma de decisiones, etc. lo demuestran. Y de violencia de género ya mejor ni hablar, porque sigue siendo una realidad terrible para miles de mujeres.