La XIII edición de la Feria del Dulce de Aguilar de Campoo, que se prolonga hasta hoy, dejó ayer un buen poso de ventas en la villa galletera, acostumbrada a un tradicional olor a vainilla. Un año más se dieron cita numerosos visitantes, que aprovecharon el tirón turístico del norte de la provincia en una jornada calurosa, donde dio tiempo también a bañarse en la remodelada zona de playa del cercano pantano y comer en su amplia zona de pinos.

En el certamen ferial de la villa aguilarense se dio cita un total de 18 expositores, muchos de los  cuales repiten, procedentes de Valladolid, León, Salamanca, Cantabria, País Vasco y la provincia.

Los talleres infantiles y degustaciones de productos completan dos días de feria, en los que se exhibe lo mejor de los dulces a base de sopaos, mieles, quesos dulces y con sabor a galleta, tartas, quesadas y una gran variedad de licores en un puesto especial, además de productos de pastelería como tiramisú o tarta a chocolate

A nadie le amarga un dulce veraniego«Resulta muy gratificante que muchos de los vendedores repitan, lo cual es significativo y responde a lo mucho que se vende y no se produce esa misma tónica en otras ferias. Estamos orgullosos de que podamos mantener la feria en estas fechas ya que, además, son muy turísticas  y tratamos año tras año de darle una vuelta para intentar animar a que vengan más expositores. El objetivo es ir haciéndola más grande y de momento hay mucha satisfacción por cómo sale todo», explicó a DP Giovani Peláez, concejal de Festejos del Ayuntamiento de Aguilar.

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