La Consejería de Sanidad prevé que el Instituto de Investigación Biosanitario de Valladolid, IbioVALL, alcance más de 100 puestos de trabajo altamente cualificados y tenga un impacto económico de 100 millones de euros en la próxima. De momento, se pone en marcha después de la firma hoy del convenio entre la Junta, la Universidad de Valladolid (UVa) y la Fundación Instituto de Estudios de las Ciencias de Castilla y León, con el objetivo a medio plazo de que la nueva entidad consiga la acreditación del Instituto de Salud Carlos III y así convertirse en un "elemento fundamental" de la investigación biosanitaria.
Se sumará a la "relevante" actividad desarrollada por parte del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), y que pretende completar la estructura con León y Burgos para contar con una "potente" red de institutos a caballo entre el sistema de ciencia y el sistema de salud.
El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, aseguró que el IBioVALL se ha diseñado como el entorno idóneo para el desarrollo de una investigación traslacional de excelencia, aprovechando economías de escala con el fin de facilitar alianzas entre grupos clínicos y básicos, abriendo espacios de colaboración entre los diferentes equipos de investigación y captando recursos e investigadores para ofrecer un mejor servicio a la sociedad, optimizando los recursos a través de servicios comunes y estructuras de gestión eficientes.
"Buscamos que todo el conocimiento generado a partir de la investigación biosanitaria de excelencia se traduzca en el tratamiento y prevención de las enfermedades y en la mejora de la salud y la calidad de vida de la población", añadió.
Vázquez reconoció, según recogió la Agencia Ical, que era un día "importante" al lograr el "tan anhelado" Instituto de Investigación Biosanitaria de Valladolid, que tendrá su sede en el Edificio Rondilla del Hospital Clínico Universitario. Además, expuso, cumple así uno de los compromisos de legislatura. "Conjuntará todas las herramientas de investigación dentro de una misma estructura, lo cual aportará sinergias a los investigadores, ayuda a la gestión y acometer proyectos de investigación mucho más amplios que ahora y, sobre todo, favorecer más la internacionalización", expuso.
Inicialmente, el IBioVALL desarrollará su trabajo en torno a siete áreas científicas verticales como Neurociencias y Psiquiatría; Oftalmología y Ciencias de la Visión; Endocrinología, Diabetes y Nutrición; Cardiovascular; Enfermedades infecciosas, inmunológicas e inflamatorias; Gastroenterología y Hepatología; y otros sistemas. Y en tres áreas transversales: Bioingeniería e Inteligencia Artificial, Fisiopatología Molecular, Terapias Avanzadas y Medicina Personalizada, y Salud Pública y Atención Primaria, si bien el objetivo es constituir un espacio en el que, de forma dinámica, se integre toda la investigación biosanitaria de excelencia que se desarrolle en el área de Valladolid.
El instituto constituirá una estructura de apoyo a los grupos de investigación en estos campos. Se encargará, por ejemplo, de ayudar en la gestión de la convocatoria de ayudas regionales, nacionales y europeas a las que los investigadores quieran optar. Entre sus funciones también está la difusión de la actividad investigadora, el impulso de la internacionalización y la potenciación de la innovación.
En lo que se refiere a la innovación, asesorará a los investigadores en la consecución de patentes y modelos de utilidad. También ayudará en la realización de estudios clínicos mediante el seguimiento y toma de datos y biomarcadores que permitan obtener resultados previos a la autorización del medicamento que se esté estudiando.
El rector de la UVa, Antonio Largo, subrayó que Valladolid cuenta con todo lo necesario para la creación de este instituto biosanitario. En primer lugar, unos hospitales de referencia con equipos profesionales y técnicos del más alto nivel, y una universidad que no solo cuenta con una Facultad de Medicina y otra de Enfermería, sino también con institutos de investigación como son el IBGM o el IOBA. Adicionalmente, precisó, la institución académica ha incorporado en los últimos años nuevos grados como el de Ingeniería Biomédica y el de Terapias Avanzadas, así como un máster de especialización orientado al ámbito de actuación de la ingeniería clínica, que vienen a fortalecer todavía más, según palabras de su rector, el ecosistema 'bio' de la universidad.