Tras más de siete años vinculado al Partido Popular, dos como simpatizante y cinco como afiliado, el joven abogado Alonso Nieto toma el relevo de Rodrigo Mediavilla como nuevo presidente de Nuevas Generaciones (NNGG), la rama juvenil de la formación.

¿Cual es su objetivo como nuevo presidente de NNGG?
El objetivo de una organización político-juvenil, de cara a la sociedad, tiene que ser el de ensanchar sus bases, y más en una época de polarización como la que estamos viviendo. Nuestra labor es hacer ese ensanchamiento, y romper los clichés existentes, ya no solo sobre un partido, sino los relativos a los jóvenes y la política.

Por otro lado, el objetivo interno es el de mejorar la implantación territorial , ya que tenemos muchos cargos en municipios de pocos habitantes que no forman parte de NNGG y deberían conocer la rama juvenil del partido.

¿Qué clichés cree que son necesarios desmentir?
El principal cliché es el de que cualquier joven  que tenga una inquietud política y forme parte de una organización juvenil es porque quiere vivir de ello. Creo que es un pensamiento generalizado. 

Por ejemplo, en mi caso, tengo familiares que piensan que estoy aquí porque es un cargo remunerado (que no lo es) con vistas a ocupar algún tipo de responsabilidad. No niego que los partidos sufran procesos de renovación y mucha gente esté llamada por la vocación pública, pero el instrumento principal es el de involucrar a los jóvenes en una organización política y hacerles ver que, muchas veces, lo que se ha mostrado como un problema puede llegar a ser una solución. 

¿Qué actuaciones tiene pensado llevar a cabo para atraer a nuevos afiliados?
Primeramente, estar muy presente en las redes sociales. En la era digital en la que vivimos parece que, si algo no se retransmite, no existe.

Por otra parte, creo que no hay que hablar de los jóvenes como altavoz para que le cuenten las cosas a los mayores, sino entender que nosotros sufrimos de primera mano muchos problemas, como la precariedad laboral, las dificultades para encontrar una vivienda o la edad de emancipación, por citar algunos ejemplos. Son cuestiones muy conexas que vivimos en primera persona, y desde NNGG no somos ajenos a ello.

¿Cree que los jóvenes se preocupan por la política?
Sí, incluso creo que están sobreinformados por las redes sociales. Muchas veces, los jóvenes se centran en quien tiene más impacto mediático, que suele ser el que monta gresca o hace una intervención polémica. Hay que cambiar ese cliché y decir que la inmensa mayoría, no solo de los jóvenes, sino de la sociedad, está más pendiente a la solución de los problemas. 

¿A qué atribuye esta tendencia de dar mayor preferencia al espectáculo político que a las propuestas serias?
Vivimos en la era del triunfo de lo instantáneo. Ese golpe de 240 caracteres en X (antigua red social Twitter) que propicia una declaración incendiaria en un canutazo de prensa o en una apelación poco educada hacia el contrincante político. El grueso de la acción política está en construir y no en destruir.

¿Cómo valora la situación actual de la ciudad?
Creo que hay que ser escéptico y considerar que siempre se puede ir a mejor. Como joven palentino, me preocupa fundamentalmente el problema del comercio local, la marcha de chavales en busca de oportunidades laborales y el tópico que tantas veces se repite sobre que los jóvenes prefieren irse a quedarse. 

Todo esto se puede cambiar. No solo se trata de la atracción de polos de desarrollo a través de grandes empresas con oportunidades laborales, sino también de la formación dual y la reivindicación del campus universitario de La Yutera. Lógicamente, no podemos pensar que nuestra provincia pueda ser Silicon Valley, pero tenemos muchos componentes para que sea un buen polo de desarrollo: buena localización, comunicaciones, seguridad jurídica y un gobierno regional con una fiscalidad atractiva. La cercanía con Valladolid, por ejemplo, debemos verla como una oportunidad, y no como un castigo. 

¿Cómo pretende NNGG alcanzar estos objetivos?
Un joven de NNGG tiene la posibilidad de hablar, de interpelar y de transmitirle sus inquietudes a un concejal, senador, legislador, diputado o consejero de la Junta. Los jóvenes tienen el derecho y el deber de reivindicar lo que pasa.