Las declaraciones campanudas de los políticos chocan frecuentemente con la realidad, pero pocas veces de modo tan gráfico como con el Índice de la Paella. Se trata de un indicador desarrollado por la Agencia Bloomberg, la compañía norteamericana principal proveedora de datos e información financiera que mide la evolución del precio de los productos que componen la paella y que vendría a significar la clave de bóveda de lo esencial de la economía doméstica española.
Se preguntan en La Moncloa por qué las encuestas van mal si la economía va bien, la misma pregunta que se hacen en Main Street cuando hablan sobre Wall Street: una cosa es la macroeconomía, que acopia datos gigantes sobre tendencias y procesos a gran escala, y otra muy distinta la economía sencilla de la gente que va a comprar aceite. Aquélla se traduce en estadísticas; ésta, en estados de ánimo.
El índice paella incluye el aceite (+31 por ciento año sobre año), arroz (+21 por ciento) y otro conjunto de ingredientes que hacen que el índice se haya disparado un 14 por ciento en un año. Sólo un ejemplo, aunque sumamente elocuente, de lo que en realidad está ocurriendo en las casas, a las que los alimentos les suben seis veces más rápido que la inflación general.
Cuando los políticos, las personas en general, pierden el sentido de la realidad porque prefieren su metaverso, bien para fingir hacia sus votantes o para engañarse a sí mismos, ocurren cosas que pueden parecer espejismos del desierto pero que son reflejos de una realidad como las sombras platónicas. Aplíquese esto a la manera cómo se ha interpretado la versión del machismo o las hipérboles en el abordaje de algunos asuntos menores pero muy aireados para llegar a la conclusión de que a veces se chapotea sin hacer pie por no conocer dónde está el fondo.
Es de esperar que esta enésima campaña electoral haya servido para aprender algunas cosas: el valor de la verdad contra el peligro de mentir, lo importante que es no sólo poder votar sino cuándo y en qué condiciones de confort social tiene lugar el proceso. Y cuando cuesta hacer una paella de este domingo.