Carlo Ancelotti lo tenía claro. «Si llegamos a Navidad, todo irá bien», espetó el técnico del Real Madrid en una rueda de prensa cuando se convirtió en el foco de las críticas por la mala racha del equipo a mediados de noviembre. En ese momento, el Barcelona estaba escapado en LaLiga y los blancos zozobraban en el nuevo formato de la Champions, que a la vez les permitió encarar la 'final' de Bérgamo sin tanto que perder. Ahora, a punto de despedir 2024, el cuadro de Chamartín está vivo, por delante de los azulgrana en LaLiga y con el pase al 'play-off' de la Liga de Campeones en la mano. Es precisamente ese cambio de rumbo que ha dibujado el equipo el que posibilita que, salvo sorpresa, FlorentinoPérez pueda pasar una vez más del mercado de enero, aquel al que se recurre admitiendo que algo no está saliendo como se esperaba.
Mucho tiempo lleva el Madrid sin realizar refuerzos de mucho renombre a mediados de la temporada y eso solo indica la buena marcha de los merengues en las últimas campañas. Ancelotti, en ese sentido, es un apagafuegos como pocos. Cuando todo parece negro, su serenidad y capacidad de mando casi siempre se impone a la hora de darle la vuelta a la situación, y la de este año parecía más difícil que nunca.
Las lesiones graves de DaniCarvajal y Èder Militao (este encadenando su segunda consecutiva) llevaron a las portadas de los periódicos la necesidad del club de reforzarse en enero. Todo tenía sentido en un momento de marejada que llevó a los blancos a encadenar derrotas contra el Lille, el Barcelona, el Milan, el Liverpool o el Athletic de Bilbao.
Pero la caída del Barça en el torneo doméstico y la victoria ante la Atalanta encauzaron el rumbo, por lo que los Trent Alexander-Arnold, Alphonso Davies o Aymeric Laporte de turno tendrán que esperar, al menos, hasta verano.
Esta decisión de no acudir al mercado del ecuador de la temporada una vez más también está apoyada en una aparición inminente y otra inesperada. Todo apunta a que David Alaba, que se lesionó de gravedad hace más de un año, reaparecerá en las próximas semanas, lo que sumaría un nuevo efectivo tanto al centro de la zaga como al lateral izquierdo. Al austríaco hay que añadir a Raúl Asencio, uno de los pocos canteranos que parecen partir con posibilidades de hacer carrera en el primer equipo de la mano deAncelotti.
El español, además, se ha mostrado capaz de desenvolverse tanto en el núcleo de la defensa como en el costado derecho de la misma, donde a Lucas Vázquez se le puede quedar grande el puesto, sobre todo tener que enlazar tantos partidos consecutivos jugando.
Pero a los fuegos ya apagados, al italiano hay que sumarle otro más. Cuando Aurelién Tchouaméni parecía desahuciado, señalado por el Santiago Bernabéu por su mal rendimiento como centrocampista de contención, el preparador de Reggiolo tiró de un clásico: convertir al pivote en central. Y el invento ha funcionado, toda vez que al francés se le está poniendo cada vez más cara de defensa que de mediocentro.
Son tres focos, unos más virulentos que otros, los que ha sofocado Ancelotti en apenas dos meses, tiempo de sobra para que el Real Madrid vuelva a darle la espalda al mercado de invierno y apostarlo todo a una plantilla corta, pero bien dirigida.