Resultaba verdaderamente preocupante la decisión anunciada por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Burgos de que se procedería a retirar la ayuda económica a algunas ONGs que realizan actividades en favor de personas inmigrantes. La negativa procedente de VOX parecía imponerse inicialmente sobre una voluntad contraria del grupo mayoritario, el PP, que llegó a manifestar que se veía en la necesidad de aceptarlo como mal menor, para conseguir un objetivo mayor, que sería la aprobación de los presupuestos municipales del próximo año.
La argumentación no podía ser más simple, ni más artificial. Que las ayudas concedidas a organizaciones que atienden a personas vulnerables y necesitadas puedan contribuir a desarrollar un efecto llamada, con favorecimiento de la inmigración ilegal, resulta un tanto exagerado. No creo que seres humanos que huyen de una ingrata realidad y que asumen evidentes riesgos en su viaje tengan en su mente la concesión de ayudas a entidades humanitarias como motivo para su decisión. Como si no pesara más esta otra situación. Es el efecto huida, no el efecto llamada, lo que les impulsa.
Planteada así la cuestión, es muy de valorar la actitud de Cáritas, organización nada sospechosa, dispuesta a renunciar a su no discutida ayuda. Resultaba pintoresco pensar que las actividades de Cáritas con inmigrantes no tendrían efecto llamada, si ese era el argumento para que a ella no le fueran denegados los apoyos económicos. Supongo, pues, que, además de otras posibles razones, su anuncio de renuncia haya contribuido a remover opiniones y a animar a la rectificación.
Bienvenida sea. Se puede exigir el control del destino de los fondos públicos que se ponen a disposición de cualquier organización para el desarrollo de sus actividades, incluso si se trata de actividades humanitarias, porque es, en efecto, razonable comprobar que esos fondos, sean de más o menos cuantía, se utilizan efectivamente para el fin establecido, como parece que así venía ocurriendo. Pero la negativa, que no hubiera tenido en cuenta que los destinatarios últimos son personas necesitadas, era difícilmente comprensible. Por eso es bienvenida la rectificación.