El presidente del Parlament, Josep Rull, ha activado ya el reloj que marca la cuenta atrás hacia una posible repetición electoral en Cataluña al no haber un candidato aún que cuente con los apoyos para salvar una investidura que se presenta incierta. El mejor posicionado, sin duda, es el socialista Salvador Illa, el ganador de los comicios autonómicos. Sin embargo, las negociaciones hacia la Generalitat se han encontrado con una nueva china en el camino en forma de «financiación singular»;una propuesta que cuenta con la oposición del resto de las regiones. Pero, ¿en qué consiste exactamente esta reivindicación que ERC exige como imprescindible para dar su apoyo al PSC?
Gestión de los impuestos
Dos meses antes de las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, lanzó su propuesta de «financiación singular», que fue uno de los ejes de su campaña y que, inspirándose en los modelos vasco y navarro, debía incluir la gestión de la totalidad de los impuestos (IVA, IRPF o Impuesto de Sociedades) y el conocido por cupo vasco, con el que se recaudaría y gestionarían todos los tributos para después pasar la parte pactada al Gobierno central en concepto de solidaridad con el resto de autonomías.
Con este sistema, Cataluña recaudaría y gestionaría todos los impuestos -no solo el nueve por ciento, como actualmente-, lo que implicaría que de los poco más de 25.600 millones recaudados en 2021 -al margen de los casi 4.900 millones de tributos propios-, la Generalitat podría ingresar hasta casi 52.000 millones.
Acabar con el déficit
El déficit fiscal catalán equivale al 8,1 por ciento del PIB de Cataluña, según la media de los últimos 35 años calculada por la Generalitat; en 2021 se situó en el 9,6 por ciento, es decir, 22.000 millones, diferencia entre lo aportado al Estado, que es el 19,2 por ciento del total, y lo recibido, que alcanza el 13,6 por ciento, una «infrafinanciación crónica» que ERC quiere enterrar.
La propuesta presentada por Aragonés requeriría tres reformas: de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, de la norma que regula la financiación de las regiones de régimen común y de la ley de cesión de tributos.
Equidad territorial
A diferencia de los casos vasco y navarro -que se rigen por el régimen foral y no por el común-, la propuesta de los independentistas de Esquerra añade un fondo de reequilibrio territorial, aunque no cifra qué cantidad debería aportar Cataluña, que también sufragaría, mediante un mecanismo similar al «cupo», los gastos correspondientes a materias como la política de defensa o la administración de Justicia. Todo ello debería negociarse y revisarse con un mecanismo permanente de coordinación» bilateral Generalitat-Estado.
¿Qué plantean los socialistas?
El líder del PSC, Salvador Illa, defiende una financiación que exprima la literalidad del Estatut, incluido un elemento aún no desplegado: la creación de un consorcio paritario entre la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) y la Agencia Tributaria de Cataluña, que «se puede transformar en la Administración Tributaria de Cataluña».
Hace unos días, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró que el Gobierno quiere impulsar una «reforma global» de la financiación autonómica que, a la vez, atienda las «singularidades» de territorios como Cataluña, como ya lo hacen en País Vasco y Navarra, pero la secretaria general de ERC, Marta Rovira, le avisó de que no servirán los «términos medios» en relación con la «financiación singular» que reclama para Cataluña, que, según subrayó, debe nacer de un acuerdo bilateral con el Ejecutivo del Estado.