El 1 de abril de 2014 comenzó la actividad de la firma palentina de distribución de bebidas y alimentos Saborea, fundada por José Manuel Fernández. Esta nueva andadura no fue sino un salto desde la empresa que fundaron sus padres en 1961 en Herrera de Pisuerga.
El paso del medio rural a la capital fue «un reto duro y con mucho vértigo, afrontado con inquietud, pero, sobre todo, mucha ilusión». Así recuerda Fernández los inicios de su negocio, que cumplió el pasado lunes una década. «Gracias al apoyo de tres grandes trabajadores que teníamos en la empresa de mis padres y el de las grandes marcas, decidimos dar el salto a unas instalaciones vanguardistas y novedosas», subraya.
Rápidamente, Saborea consolidó su actividad en la capital y, a los dos años, dio el salto a Valladolid. «Era un reto muy peligroso, pero el tiempo nos dio la razón. Ya llevamos ocho años trabajando allí con marcas de mucho prestigio», asegura el gerente. Prueba de todo ello son los nombres de algunos de los licores y bodegas que trabajan con la distribuidora palentina, como son ron Barceló, Puerto de Indias, Bodega Matarromera o Arehucas, por citar algunos ejemplos. A todos ellos se suman algunos propios de la provincia como Pagos de Negredo, Bodegas Barrialba o las pastas Candelas de Palencia. Cabe recalcar que la firma también incluye su marca en varios productos elaborados en diferentes rincones de la geografía nacional.
TIEMPOS DIFÍCILES. Fernández asevera que la pandemia fue el período más difícil que atravesó la empresa. «Nuestro sector, al estar la hostelería cerrada, fue de los más castigados», lamenta. «Además de la incertidumbre, los gastos fijos no los podíamos parar. Las pérdidas fueron superiores a los 500.000 euros», añade.
A pesar de todo ello, el compromiso de Saborea siguió vigente y, aunque se vio obligada a cerrar la sede de Valladolid, la actividad continuó en la capital vecina. «El mayor logro es tener a un equipo de 12 personas (llegaron a ser 15 antes de la crisis de la covid) tan profesionales y unidas», manifiesta. «Lo nuestro no se trata solo de comprar y vender, sino de preguntarle al cliente qué necesita y en qué le podemos ayudar. Ese es el ADN de nuestra empresa», detalla.
El presente ejercicio trae «importantes novedades», anuncia Fernández.«Estamos cerrando grandes acuerdos con importantes marcas del sector: vamos a dar un giro de tuerca a la distribución», agrega. Y es que los objetivos de la firma pasan por incrementar el valor y el prestigio de sus productos, lo que va a repercutir en la calidad para el hostelero y el cliente final, según explica el gerente.
No hay que olvidarse del compromiso solidario de Saborea, del que dan cuenta sus campañas y colaboraciones. Por ellas, y por muchos más méritos, acumula varios reconocimientos, como el Premio Emprendedores, Nuevas Empresas, de la Cámara de Comercio en 2016.
Para Fernández, estos diez años de recorrido han estado marcados por los pasos de sus padres. «En este tiempo he perdido a mi norte y mi guía: mi padre y mi madre. Son los que iniciarion el negocio y nosotros solo hemos seguido sus pasos. Cuando tienes buenos maestros, todo es más fácil», concluye.