Victoria Lafora

Victoria Lafora


Vergüenza, vergüenza, vergüenza

24/03/2024

La frase, gritada desde la tribuna del Congreso por la ministra de Igualdad al borde de romperse las cuerdas vocales, refleja la lamentable situación de la gestión pública y la imagen de la clase política. Y no es porque Ana Redondo no tuviera razón, que la tenía, porque es impresentable que en una semana en que han muerto dos mujeres asesinadas y dos niñas se desvíe el tema a la mujer de Sánchez. Es el tono, el grito grandilocuente, el exceso. Posiblemente, la ministra esté desbordada al tener que gestionar los desastres legislativos que le dejó su antecesora con sus dos "leyes estrellas": violadores en la calle por la ley del "Sí es sí" o delincuentes sexuales cambiando de sexo gracias a la ley Trans.

Gobierno y oposición han decidido colocar como portavoces a los voceros más agresivos. Como si la estrategia de descalificación procaz y burda fuera a darles mejores resultados electorales. Así, Tellado, del PP, y Óscar Puente, del PSOE, rivalizan en expresiones toscas, rozando lo grotesco. Y lo peor es que están encantados de haberse conocido. Por si la tensión en Madrid no hubiera alcanzado cotas desconocidas, entre el caso Abalos y el novio de Ayuso, la convocatoria electoral en Cataluña sume la legislatura aún más en la incertidumbre y exacerba los nervios de la clase política. A Feijoo le va a dar juego (o por lo menos así lo cree) el que Puigdemont y Aragonés rivalicen por demostrar quién ha conseguido más concesiones de Sánchez, se ha reunido más en Suiza con enviados del Ejecutivo, o quién va a lograr un nuevo referéndum. Pero, al PP, la imposibilidad de acuerdo con los supervivientes de Ciudadanos en Cataluña les va a restar votos y hará que la antigua formación de Albert Rivera desparezca del mapa, convertida en el ejemplo palmario de como una ambición personal hunde un proyecto político. Al igual que puede suceder con SUMAR, donde Colau, que no se resigna a soltar el bastón de mando de la alcaldía de Barcelona, ha tumbado los presupuestos e irá por libre con sus siglas a los comicios para la Generalitat. Yolanda Díaz intenta reflotar la sopa de siglas de su coalición donde, cada vez más, semejan los Reinos de Taifas. La prórroga de los presupuestos limita, y mucho, su papel en el Gobierno, y el fracaso en Galicia, su tierra, hace crecer a Errejon y Más Madrid, que también exigen ser soberanos.

La volatilidad y el ansia de poder exacerba la agresividad parlamentaria mientras la calle no ve los resultados de esa gestión pública que se vende a gritos y no llega. Hace lustros que los dirigentes políticos y su gestión no recibían tanto rechazo de sus votantes, sean del partido que sean. Efectivamente, tenía razón la ministra, la frase que más se oye ahora en la gente es: ¡qué vergüenza! La que provocan todos y cada uno de ellos cada vez que abren la boca.