El equipo de Gobierno de Miriam Andrés está a punto de iniciar el análisis y debate de la nueva ordenanza que regulará la implantación de la zona de bajas emisiones (ZBE) de la capital, la cual abarcará las calles delimitadas por el paseo del Salón y las avenidas de Castilla, Simón Nieto, Antigua Florida, Casado del Alisal y Manuel Rivera.

Ese primer borrador apenas plantea restricciones al acceso de vehículos al interior de esa zona de bajas emisiones pero sí pone las bases de cómo evolucionará a lo largo de los próximos años hasta conseguir el objetivo de reducir la intensidad del tráfico y, con ello, facilitar una movilidad más sostenible en la capital para que vaya en beneficio de la salud de los palentinos a través de la mejora de la calidad del aire y la reducción de la contaminación acústica.

La ordenanza deberá estar aprobada antes de que acabe el presente año, ya que así lo exige a todos los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes la UE y el Gobierno de España. No obstante, el Ayuntamiento calcula que la zona de bajas emisiones no entrará en vigor hasta junio o julio de 2025 ya que antes tiene que implantarse el sistema de control de accesos, señalización y gestión de la ZBE, un contrato de 1.724.931 euros por el que pugnan cinco empresas y que está cerca de ser adjudicado por el Consistorio.

Si a este plazo le sumamos el hecho de que al menos durante el primer semestre la zona de bajas emisiones estará a modo de prueba con el objetivo de que la ciudadanía comprenda y se adapte al sistema y, por lo tanto, sin sanciones, no será hasta principios de 2026 cuando se pueda decir que está completamente instaurada y en funcionamiento.  

Restricciones. Además de cuándo entrará en funcionamiento, la gran pregunta que se hacen o harán los palentinos es si podrán entrar con sus vehículos en esta zona de bajas emisiones. La respuesta es que sí porque ese borrador apenas plantea prohibiciones al tráfico rodado se tenga el vehículo que se tenga, incluso con pegatina o sin ella. Esa libertad, no obstante, no será eterna, ya que -y esto también lo exige la UE y el Gobierno- los ayuntamientos están obligados a revisarla periódicamente aplicando restricciones hasta alcanzar los objetivos marcados.

El borrador de la ordenanza apoya la regulación de la zona de bajas emisiones sobre tres pilares: los vehículos que podrán circular libremente por ella; las excepciones que se aplicarán desde un primer momento y los permisos temporales.  

Respecto a los vehículos que tendrán libre acceso al interior de la zona de bajas emisiones -las avenidas que las limitan quedan fuera- son los de cualquier otra ciudad: bicicletas, patinetes -que ahora se denominan vehículos de movilidad personal-, servicios esenciales y los de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. 

También aquellos de particulares con distintivo ambiental 0 Emisiones o ECO, los que están vinculados a tarjetas de estacionamiento para personas con movilidad reducida y aquellos que son de uso compartido o carsharing, un modelo que funcionó en la capital durante algunos años.

Excepciones. Si su turismo no está en esa lista, lo estará entre las excepciones que enumera el borrador de la ordenanza, es decir, a qué vehículos se les permitirá circular por el interior de la ZBE pese a no cumplir con los criterios anteriores. En este punto, el documento abre la puerta a la práctica totalidad de automóviles.

Por ejemplo, se permitirá circular por la zona de bajas emisiones a vehículos que tengan etiqueta C o B o que, directamente, ni siquiera puedan obtenerla por estar considerados como contaminantes; al transporte público colectivo, vehículos de empresa para recoger y entregar suministros o para atender urgencias vinculadas a la prestación de servicios (agua, gas, electricidad, internet...); grúas, todos los de carga y descarga, taxis o de alquiler. 

En este artículo están contempladas prácticamente todas las casuísticas, desde coches de renting a aquellos que pertenecen a ciudadanos que tienen un garaje dentro de la ZBE. Incluso se contempla un criterio de renta para el vehículo familiar.

Dicho de otra forma, el primer borrador se asegura de que prácticamente no haya restricciones a la circulación de ningún tipo de vehículo cuando eche a andar la zona de bajas emisiones. Eso sí, estas prerrogativas deberán estar acreditadas y, lo más importante, no durarán para siempre, porque tal y como se ha explicado anteriormente, el Ayuntamiento irá reduciendo con el paso de los años estos permisos especiales.

Accesos temporales. Junto a la definición de los usos y de las excepciones de la zona de bajas emisiones, este primer borrador de la ordenanza contempla también una serie de accesos temporales que podrán ser solicitados al Consistorio. Así, podrá entrar a la ZBE cualquier vehículo que se dirija a un taller, hoteles, aparcamientos o que se necesiten para actividades que tengan lugar en la calle. Por ejemplo, si quiere acceder con su vehículo en la zona de bajas emisiones para estacionarlo en el aparcamiento del Carrefour Express y realizar la compra semanal, se deberá solicitar un permiso de acceso temporal.

En principio, estas normas regirán en la zona de bajas emisiones de la capital durante las 24 horas del día, aunque uno de los asuntos que se tienen que abordar en el debate de la ordenanza es si se pueden aplicar solo durante un horario determinado. Hay dudas legales de que sea posible, por eso en el borrador no se ha contemplado esta opción como segura, según explica el concejal de Medio Ambiente, Antonio Casas, que es el que está liderando la redacción de esta ordenanza. 

«Durante las próximas semanas, además, de facilitar este primer borrador a todos los grupos municipales, vamos a renunirnos con distintos colectivos económicos y sociales de la ciudad para explicarles cómo funcionará la zona de bajas emisiones y escuchar sus propuestas», sostiene el edil, que insiste en que, «con carácter general, podrán circular por las calles interiores de la ZBE prácticamente todos los vehículos».