Amusco revivió tradiciones enraizadas en el acervo de la localidad vinculadas a la matanza del cerdo. Y es que viernes y sábado celebró la fiesta de exaltación del ritual matancero, en su vigésima segunda edición, acompañada de otra cita popular, la de los quintos.

Si el viernes fue cuando se procedió al chamuscado del marrano y la degustación de cortezas, tortas y pastas junto a mistela, durante la mañana de ayer, como explicó el maestro cortador-carnicero Martín Juárez, las faenas fueron las correspondientes al destazado del cerdo, piezas bien para jijas, panceta, costillas. También comenzó la elaboración de la mano de la Asociación de Mujeres de las sopas de mondongo y demás delicias para degustar ya entrada la noche.

Un plato contundente compuesto de sopa de mondongo, tosta de crema de morcilla, tartaleta de jijas, chorizo, panceta y costilla adobada de cerdo asado se pudo degustar al precio de cuatro euros, uno de los cuales va destinado a la Asociación Española contra el Cáncer de Palencia. En total, el cálculo  fue que se distribuyeron  unos 800 menús, y es que en esta fiesta de exaltación de la matanza se dieron cita vecinos de la localidad, tanto los que están a diario como de manera esporádica -por convocatorias como por ejemplo esta- y de núcleos próximos. Además, se sorteó un cochinillo y otros productos con el patrocinio de distintos establecimientos de la localidad.

«Hace un día fabuloso, ideal para esto. Que hubiera hecho frío, no  importa, porque es matanza y se hace en invierno», comentó Juárez, quien incidió en que «las cosas se hacen  como antes,  en dos días. Eso sí, antes era familiar y ahora para muchas familias». 

Tanto el viernes como ayer hubo verbena de quintos.