La periodista palentina Estefanía Medina fue galardonada en los XIV Premios Salud Mental de Castilla y León, concretamente en la categoría de comunicación, por su labor concienciadora con su podcast Tabú Mental, producido por la agencia EFE.
El proyecto, que comenzó en septiembre del año pasado, está compuesto por diez episodios, donde sus invitados, personas relevantes dentro de la sociedad -como cantantes, deportistas o actores- , describen sus vivencias relacionadas con la salud mental.
¿De qué trata Tabú Mental?
El podcast es una serie de diez episodios con protagonistas de relevancia social que intentan llegar, a través de sus propias experiencias, a un público joven. Siempre con la salud mental como telón de fondo.
Este proyecto intenta transmitir la necesidad existente de normalizar la salud mental y la importancia de tener las herramientas adecuadas para afrontarla.
¿Cómo surgió la idea?
Me comentó un día la responsable de mi departamento que había plataformas interesadas en un nuevo podcast, que tuviera como principal enfoque el entretenimiento o la sanidad.
Para mí, siempre había tenido mucha importancia la salud mental. Además, venía de una época en la que había vivido en primera persona momentos de caos y ansiedad, así que decidí buscar un producto que lo visibilizara. Para ello, pensé que era importante contar con grupos de relevancia pública para llegar a más personas. Después de diseñar la idea, Amazon se interesó por ella. Finalmente, tras muchos meses de trabajo, comenzaron las grabaciones.
¿Cómo valora la situación de la salud mental actualmente?
Que se hable de ella es positivo porque se visibiliza más y la gente tiene menos miedo a contar sus problemas. Sin embargo, los sistemas públicos siguen siendo insuficientes, porque están muy colapsados. En el mejor de los casos, cuando acudes en busca de ayuda, te encuentras a un médico que te receta pastillas, pero eso no termina con el problema. Puede anestesiarlo, pero no lo cura.
¿Cree que los proyectos como el suyo ayudan a paliar el problema?
Evidentemente. Por eso lo hice, porque entiendo que la utilidad es máxima y es mucha la gente que lo demanda. Estudié periodismo porque entendía que, a través de mi palabra y mi trabajo, podía contribuir a alzar la voz de mucha gente con cosas que decir.
¿Considera que con su contenido lleva a cabo labores de psicología?
No me las atribuyo. No pretendo dar una asistencia psicológica a la persona que entrevisto, ni mucho menos respuestas a lo que está viviendo. Pero, como dice el eslogan del programa, escuchar también ayuda.
Todas las experiencias que se han contado y que puedan ser similares a las de los oyentes serán de ayuda. Aun así, yo estudié muchísimo para estar a la altura del podcast y, dentro de él, contamos con la asesoría de la psicóloga Silvia Álava.
Como periodista, ¿encuentra alguna relación entre el periodismo y la psicología?
A veces, los periodistas no nos damos cuenta de que tenemos un poder muy importante. Podemos usar la palabra, la voz o nuestra imagen para llegara a un público, grande o pequeño, y difundir un mensaje. Ya sean más objetivos o subjetivos, estamos generando un estímulo en la persona que lo percibe y, ese estímulo, puede tener una respuesta psicológica. A veces somos muy catastrofistas con la información que damos y, del mismo modo, podemos generar contenido educativo y obtener una respuesta positiva.
¿Cuál cree que debe ser el papel de los medios al comunicar sobre salud mental?
Lo principal es el respeto. No se puede hablar de la salud mental y hacer alarde de lo importante que es para luego dar informaciones que entran en la intimidad de muchas personas. Nuestro compromiso debe ser de principio a fin, desde lo que comunicamos hasta la propia forma de comunicarlo.
Además de todo ello, hay que dar voz a las personas que tienen algo que contar, que son muchas y con mucho que decir.