El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha anunciado que las elecciones vascas serán el próximo 21 de abril, una fecha que responde a tres criterios: haber cumplido el programa de gobierno, estar en disposición de dejar "el mejor legado posible" al siguiente Ejecutivo y "defender el interés general de los vascos".

El lehendakari ha desvelado la fecha electoral este jueves en una rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, que iba a celebrarse el martes como es habitual pero fue suspendido por el grave estado de salud de la madre de Urkullu, Flori Renteria, que falleció ese mismo día.

Las anteriores elecciones autonómicas fueron el 12 de julio de 2020, pero el lehendakari no considera que celebrarlas ahora suponga un adelanto porque hace cuatro años estaban convocadas para el 5 de abril -fecha que a su juicio marca el final de la legislatura- pero tuvieron que ser pospuestas por la pandemia.

Urkullu ha explicado que solo barajaba dos fechas para las elecciones: el 21 de abril, primer domingo tras la conclusión de la legislatura, y el 9 de junio, día de los comicios europeos, ya que había descartado el 28 de abril por ser festivo en Álava y también la posibilidad de hacerlo en mayo por la cercanía con la convocatoria europea. Una fecha exclusiva para las elecciones vascas

Finalmente desechó el 9 de junio para que las elecciones vascas se centren en cuestiones que afectan "exclusivamente" a Euskadi. Esta reflexión, ha apuntado, fue compartida por los líderes de los partidos que sustentan el Gobierno, Andoni Ortuzar (PNV) y Eneko Andueza (PSE) en la reunión que mantuvieron los tres este mismo lunes.

Urkullu, que no encabezará la candidatura del PNV a los próximos comicios ya que su partido ha optado por la renovación generacional y presenta a Imanol Pradales como cabeza de lista, ha recordado en su comparecencia uno a uno a todos sus consejeros durante las tres legislaturas que ha gobernado.

También ha recordado a las víctimas de la covid, a las mujeres víctimas de violencia machista, a los dos muertos por el derrumbe en el vertedero de Zaldibar (Vizcaya) y a las víctimas de ETA, al tiempo que se ha felicitado por haber "dejado atrás la pesadilla del terrorismo". Su balance de 12 años

En su intervención, que ha terminado entre los aplausos de sus consejeros y colaboradores, el lehendakari ha hecho balance no solo de la última legislatura, sino también de los doce años en los que ha liderado el Gobierno Vasco, como las 121 leyes aprobadas desde su primer mandato y el "gran logro" de reducir el paro "en un contexto de crisis y guerras".

"Es un honor poder legar una Euskadi más avanzada y más justa. Una Euskadi asentada en los valores del respeto, la cohesión y la convivencia", ha dicho el lehendakari.

Ha destacado en este sentido que a pesar de las "diferencias" entre los socios del Ejecutivo, ambas formaciones han trabajado desde "la discreción y el acuerdo" y han puesto la "defensa de los intereses de Euskadi por encima de todo" y han aportado "estabilidad".

Urkullu, que ha pedido perdón por sus errores, ha eludido desvelar si le hubiera gustado optar a la reelección y ha reiterado que es "un hombre de partido" y que el PNV es libre decidir lo considere mejor para el futuro. Ha asegurado que no está "alejado del partido en absoluto" y que se siente "absolutamente apoyado".

En todo caso se ha mostrado "muy satisfecho" de la "evolución de estos tres periodos electorales" en los que ha sido el candidato porque desde las autonómicas de 2012 ha ido creciendo "el depósito de confianza" mostrado hacia el PNV.