En dos meses, los españoles acudirán a las urnas para elegir sus ayuntamientos y gobiernos autonómicos. Son elecciones que condicionarán las que más importan, las generales, que tendrán que celebrarse antes de que finalice diciembre y decidirán si Feijóo sustituirá a Sánchez como presidente del gobierno.
Viviremos estos dos meses tensiones, acuerdos y desacuerdos, avances y retrocesos, coaliciones electorales y rupturas que parecían irrompibles. De momento, como escopetazo de salida, se rompe el acuerdo entre Podemos e Izquierda Unida en un bastión del PP, el ayuntamiento de Málaga, lo que coloca al alcalde Paco de la Torre en mejor posición de la que ya le auguraban las encuestas. Y en el plano nacional, el escenificado idilio entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez tendrá consecuencias en Podemos. Si no al tiempo.
Sánchez se ha puesto el casco de batalla y arrecia contra Feijóo por tierra, mar y aire, alentado los últimos días por el aliento de su nueva actitud respecto a Yolanda. Acusa a Feijóo de no tener altura de Estado al criticar su asistencia a la Cumbre Iberoamericana, porque se refirió Feijóo al apoyo del PSOE de su apoyo a autócratas latinoamericanos. El presidente del gobierno debe ser de los pocos españoles que identificó el comentario con la cumbre de Santo Domingo; la mayoría pensaron que el presidente del PP se refería a la pertenencia de Zapatero al Grupo de Pueblo y a su apoyo explícito a Cristina Kirchner en un encuentro en Buenos Aires al que también acudió el ex juez Garzón, con fotografía que se publicó ese mismo día. Aunque puestos en el escenario latino, se producía también una noticia de evidente electoralismo: la contratación de centenares de personas para agilizar las nacionalizaciones de miles de latinoamericanos antes del 28-M. Noticia indignante para la infinidad de españoles a los que es imposible conseguir cita para solucionar sus problemas administrativos porque el ministro Escrivá dice que no cuenta con el personal necesario.
La lucha por el voto va envenena la política más que nunca. Sánchez dispara contra Feijóo por criticar fuera de España el proyecto de pensiones de Escrivá; dice que el presidente que fuera de España no se habla mal de España y tiene razón. ¿Y él, que días atrás, ante dos primeras ministras europeas puso de vuelta y media a Rafael del Pino, poniendo en riesgo los proyectos internacionales de empresas españolas?
Se acrecienta el debate interno en el CGPJ con un órdago de los vocales progresistas, precisamente ahora. Se justifican diciendo que es Bruselas quien pone fecha para que se acabe con el desbloqueo del Consejo, pero Bruselas lleva mucho tiempo poniendo fecha, No cuela. Como tampoco cuela los ejemplos de que todo lo malo siempre se dan Madrid y Andalucía, o que el cese de la directora de la Guardia Civil se presente como una dimisión que demuestra su ética ante la presunta corrupción de su marido. Que investiguen bien.
Vaya días nos esperan…