Ni podemos, ni debemos, ni queremos estar calladitos, sentaditos en nuestro plácido sillón, indiferentes, indolentes e insensibles ante la cruda realidad que proyecta el secretismo gubernamental. Nada de eso, al contrario, levantamos nuestras voces y nos movilizamos frente al oscurantismo que tanto gusta practicar al sanchismo. Por esta razón, amén de otras innumerables de repasar ahora, la plataforma Españoles por España, Fuerza España, de manera espontánea sale a la luz pública e inicia sus concentraciones y actos de reivindicación nacional, económica y social.
No tenemos hipotecas políticas que nos obliguen a comprometer nuestras iniciativas, no sufrimos imposiciones ni directrices de partido alguno, no sentimos las exigencias de mecenas ni patrocinadores  de ninguna índole, y  ahí es precisamente donde radica el éxito de nuestras comparecencias públicas. Sentirnos libres de ataduras y compromisos que nos obliguen a seguir el dictado de ninguna organización, permite que muchos, más que de ningún otro modo, se acerquen a participar en nuestros eventos. Nuestro telón de fondo es España, común denominador de nuestro sentimiento y compromiso con nuestra Patria –con mayúscula-. Ninguna sigla nos acerca o distancia de la sociedad española, de su sentir y de su vivir o de su morir. 
Hoy, el silencio sonoro de las turbias y clandestinas negociaciones encubiertas de un mal llamado diálogo, mantenido entre representantes del Partido Socialista y los acólitos de la anti España, nos imponen un estado de alerta, ajeno a cualquier simple expectación, que nos obliga a intervenir. ¿Qué tipo de estado es en el que vivimos, en el que se intenta formar gobierno de espaldas a los españoles? ¿Qué es eso de tender puentes y aceptar los chantajes, extorsiones, intimidaciones, amenazas y bravuconadas de los independentistas periféricos? ¿Cómo es posible sentarse a hablar y recibir el apoyo de aquellos que tienen las manos tintadas con la sangre de tantos inocentes?
No queridos compatriotas, Españoles por España, Fuerza España surge del silencio impuesto  y de un amor incontestable a nuestra Patria –con mayúscula-.