El Pleno del Congreso estrenará el martes su nuevo sistema de votación con pantallas táctiles en una sesión en la que se debatirá la proposición de Ley de Amnistía para su envío al Senado, cuya votación final requiere del apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara (176 votos) al tratarse de una ley orgánica.
Según han informado fuentes parlamentarias, la previsión es que las obras que han tenido lugar en el hemiciclo para la instalación de las nuevas pantallas finalicen a tiempo para que esta sesión plenaria pueda celebrarse en el Salón de Sesiones. Esta reforma, que arrancó a finales de diciembre, ha obligado a la Cámara Baja a reunir al Pleno en dos ocasiones en el Senado durante este mes.
Aunque en principio se informó de que el cambio de monitores no afectaría al sistema de votación, finalmente se han retirado los botones que se venían utilizando para votar en los escaños y ahora sus señorías votarán en sus respectivas pantallas táctiles.
La remodelación, que ha costado tres millones de euros, ha consistido en la retirada de los monitores y teclados que se habían instalado bajo la Presidencia del socialista Manuel Marín (2004 y 2008) y que habían quedado obsoletos.
Traducción de lenguas cooficiales
En aquellas pantallas sus señorías únicamente podían consultar la intranet de la institución, y de hecho, dejaron de utilizarlas muy pronto, porque poco después de su puesta en marcha se les empezaron a entregar ordenadores portátiles en los que ya sí tenían acceso a Internet. Más adelante llegaron las tabletas que se les sigue proporcionando cuando llegan al Congreso.
En las nuevas pantallas táctiles seguirá luciendo el nombre del ocupante de cada escaño y sus dueños podrán ver de cerca el panel de la votación electrónica que también pueden consultar en las dos pantallas gigantes que hay en los laterales del Salón de Plenos. Asimismo, les servirán para conectarse a la traducción al castellano de las sesiones plenarias y para seguirlas mediante subtítulos.
El único punto del orden del día del Pleno extraordinario del martes será el dictamen sobre la Ley de Amnistía aprobado por la Comisión de Justicia el pasado martes. Además de votar las enmiendas que los grupos han decidido mantener vivas, al tratarse de una ley de rango orgánico, el texto tendrá que someterse a una votación final de conjunto y recabar un mínimo de 176 votos para ser aprobada, por lo que el margen es estrecho. Si se cumple el guion, saldrá adelante con el apoyo de 178 diputados y el rechazo de los 172 que suman PP, Vox, UPN y Coalición Canaria.
En todo caso, no es descartable que el PP vuelva a pedir votación pública y por llamamiento para ese trámite, como ya hizo cuando la iniciativa fue tomada en consideración en el primer debate y cuando se votó su enmienda de totalidad. Si se opta por el voto a viva voz, no habrá riesgo con las pantallas.
Una vez que el Pleno del Congreso apruebe la proposición de ley, esta será remitida al Senado, donde deberá continuar su tramitación. Eso sí, el PP, que tiene mayoría en la Cámara Alta, tiene intención de dilatar lo más posible su paso por el Senado. En cualquier caso, según el plazo que fija la Constitución, la iniciativa debe ser aprobada como máximo en dos meses. Y después, ya en primavera, regresará al Congreso para su aprobación definitiva.