«Falta conciencia sobre el valor que tiene estar en la UE»

Pablo Torres
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La diputada palentina Milagros Marcos asume la portavocía del Partido Popular en la Comisión Mixta para la Unión Europea. La responsabilidad no es menor, pues en esta comisión se coordinan los temas nacionales con incidencia en Europa

La diputada Milagros Marcos - Foto: Óscar Navarro

Tras cinco años como portavoz en la comisión de Agricultura,Pesca y Alimentación delCongreso de los Diputados, la diputada palentina Milagros Marcos asume la protavocía del Partido Popular en la ComisiónMixta para la Unión Europea, una de las siete que comparten la Cámara Alta y la Cámara Baja. Así, Marcos toma el relevo del popular Esteban González Pons. 

Ha defendido los intereses del sector primario desde 2019 como portavoz popular en la comisión de Agricultura del Congreso. Ahora tiene la oportunidad de defenderlos desde una perspectiva europea
El 90% de los fondos para la agricultura vienen de Bruselas. Por tanto, voy a seguir vinculada al sector, defendiéndolo en lo que necesite y en todo lo que sea política nacional con impacto en la Unión Europea. 

En muchas ocasiones, ha sido el Gobierno de España quien ha radicalizado la normativa europea, incluso el que la ha incumplido. Un ejemplo es el tema de los regadíos. En Francia, hay un plan de infraestructuras para construir 15 balsas; en Portugal, 16; y en España, sin embargo, se ha quitado el dinero para que haya nuevos. regadíos.

Muchas veces escuchamos que se aprueban normativas para adaptarse a las normas vigentes en Europa. ¿Cuánto margen de actuación tienen realmente los países?
Los gobiernos deben ser leales con la casa común, que es Europa. Lo que no se entiende es que en España esté ocurriendo lo que está ocurriendo, y se vaya en contra de las propuestas que hay en el continente. 

En el último consejo de ministros de la Unión Europea se ha definido la agenda estratégica para este nuevo período. El primer punto de esta es garantizar la democracia y el Estado de derecho en todos los países miembros. Es triste que Bruselas tenga que decir esto porque haya países en los que se está poniendo en riesgo.

En España lo estamos viendo con la Ley de Amnistía, cómo se han intentado invadir las competencias en el poder judicial o cómo se intenta evitar el pluralismo de los medios. 

¿Cómo afronta esta nueva etapa?
Con mucha ilusión y con el mismo ritmo de trabajo de siempre. Es una comisión que, además de la actividad ordinaria, abarca aquellos temas de todos los sectores que tengan alguna relación con las políticas europeas. 

Tiene tres elementos clave: la relación con otros parlamentos nacionales, el seguimiento de los proyectos de la comisión y el seguimiento de los fondos europeos. Este último es algo que debemos perseguir. De los 163.000 millones de euros que ha puesto Bruselas, en España, según el IGAE, solo se han comprometido pagos por el 27%. Pero es que de ese porcentaje, de acuerdo con el Banco de España, solo el 16% ha llegado a nuestra economía en estos tres años. 

En el resto de países se están ejecutando estos fondos, lo que hace que sean más competitivos que España. En nuestro caso, solo el 14% de las empresas se han beneficiado.

Muchos ciudadanos se sienten alejados de las políticas europeas por la alta instancia de la que provienen. De ello da cuenta el alto nivel de absentismo que hubo en los comicios europeos del pasado 9 de junio. ¿Lo ve así?
Falta una conciencia profunda sobre el valor que tiene que estemos en la Unión Europea. Hay países que lo tienen mucho más claro, como Ucrania, que están viviendo una guerra por querer unirse. 

Ahí tenemos el ejemplo de Reino Unido, que dejó la UE y ahora mira cómo están. El antieuropeísmo no deja de ser populismo. 

Es importante saber que el hecho de que todos los países tengan las mismas reglas del juego te hace fuerte. A la hora de defender nuestros mercados o nuestra moneda, no es lo mismo ser uno que 27. La capacidad de negociación a nivel mundial es muy superior. 

El siguiente paso que se plantea es el régimen fiscal común y fortalecer el mercado único, más allá del uso de la misma unidad monetaria.

El auge de la extrema derecha, que últimamente está en boca de todos, viene en muchos casos ligado a un sentimiento antieuropeísta y contrario a las políticas de la UE. Algunos ejemplos son Viktor Orbán, en Hungría; o Geert Wilders, en Países Bajos, cuyos discursos han calado en gran parte de los ciudadanos. ¿Ve estos movimientos realmente peligrosos?
Debemos fortalecer el europeísmo. Los populismos, tanto de derechas como de izquierdas, son malos. 

Está muy bien hacer promesas que no se pueden cumplir en los mítines, pero mitinear no es lo mismo que gobernar. Hemos visto ejemplos de partidos que no pueden cumplir lo que dicen porque son auténticas barbaridades y se caen por su propio peso. Hemos escuchado mucho la posición contraria a la Agenda 2030, pero, ¿sabemos que el país que mejor la cumple es Egipto y después Marruecos? Y sin embargo, se está diciendo que el problema viene simultáneamente de la Agenda 2030 y de Marruecos. 

Cuando se utilizan eslóganes simplones sin tratar el fondo del asunto parece todo más fácil. Sería más sencillo lanzar mensajes complejos en una sociedad que no se informara solamente por las redes sociales y tuviera una mayor capacidad de análisis.

Hemos pasado por una legislatura europea con un radicalismo extremo. Los ciudadanos piensan que las elecciones europeas no van con ellos, y los que van a votar son los extremos. Por eso hemos visto un auge desmedido. 
Lo más importante de todo es que haya un Parlamento centrado en hacer análisis y evaluaciones previas a las normas y acuerdos y, por ende, que se aplique el sentido común. No se puede querer ir más rápido que lo que el aspecto técnico permite. Lo hemos visto, por ejemplo, con el coche eléctrico.