La Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Palencia y la Asociación Palentina con el Pueblo Saharaui hacen un llamamiento a las familias de la capital y la provincia para acoger a los niños saharauis que durante el próximo verano participarán en el veterano programa solidario Vacaciones enPaz. El objetivo principal de ambas entidades, como viene siendo habitual en las últimas décadas, es el mismo: ofrecer a los menores originarios de la antigua colonia española una estancia alejada de las infernales temperaturas de los campamentos de refugiados en Argelia. Además, aspiran a que la cifra de jóvenes que llegó el año pasado a la provincia, once, sea más alta en el verano de 2024.
Pero, para ello, tanto el presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, Jesús Merino, como la responsable de la Asociación Palentina con el Pueblo Saharaui, Anna Cristina Aparicio, explican que hacen falta más personas que quieran abrir las puertas de sus casas a estos niños y colaborar con una de las entidades. «Cinco o seis familias nuevas sería estupendo. Queremos traer a unos quince, veremos a ver si lo conseguimos. Soñamos con que pueda ser así. El único requisito que hay que cumplir para acoger a un saharaui es no tener antecedentes penales por delitos sexuales», comenta Merino, quien anima a sumarse a esta iniciativa en las próximas semanas para ir cumplimentando los trámites conServicios Sociales de cara al verano y que reciban el visto bueno al programa, que aún no tiene las fechas cerradas.
Desde esta entidad atendieron a cuatro menores el año pasado. «Vendrían chavales de nueve y diez años, una edad ideal, porque tienen cierta autonomía y empezaron ya a estudiar español. Aquí, en unos días, cogen cierto dominio del idioma y se entienden con la familia de acogida», subraya.
Imágenes de archivo de diversas recepciones a niños saharauis - Foto: Sara MuniosgurenPor su parte, Aparicio detalla que los siete jóvenes que disfrutaron de Palencia en 2023 a través de la entidad que preside repetirán el viaje de nuevo, aunque mantiene abierta la puerta a que lleguen más. «Cuantas más familias salgan, mejor. Lo principal es encontrar familias para traer niños», declara antes de recordar que «lo único que pedimos es que el niño esté bien cuidado y tratado durante todo el verano y que participen en los actos de la asociación como las visitas a Bomberos, Policía Local, Ayuntamiento y algún pueblo».«Es importante que todos se junten y difundir la causa saharaui», subraya Aparicio.
Desde ambas asociaciones destacan que la acogida, prácticamente, no conlleva un gasto elevado para las familias, ya que son las entidades las que corren con diversas facturas ligadas al programa. «Tienen que comprar algo de ropa al niño para que pase el verano y echar un puñado más de comida. Ellos tampoco necesitan más cosas», explica Aparicio. En la misma línea incide Merino: «No tienen que hacer un desembolso para acoger a un saharaui. Algo de ropa porque vienen con las manos vacías y ya está». Además, explican que también es obligatorio que los niños pasen por un chequeo médico.
OPOSICIÓN AL GOBIERNO. Los presidentes de las asociaciones prosaharauis volvieron a lamentar el giro promarroquí ante la complicada cuestión de la antigua colonia española (aunque para la Organización de las Naciones Unidas todavía es España la potencia administradora) que dio el Gobierno de Pedro Sánchez en 2022. «No estoy de acuerdo. Creo que los saharauis deberían tener derecho a su libertad y que nadie tiene que meter la nariz y menos Marruecos, que no tiene nada que pintar en el Sahara», declara el dirigente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Palencia. Por su parte, la presidenta de la Asociación Palentina con el PuebloSaharaui recuerda que luchan por que el pueblo saharaui «sea libre y esté en su territorio, que es el Sahara Occidental». «No entendemos el cambio del Gobierno, pero el tema político es muy complicado», añade.
Esta situación, al menos hasta ahora, no ha afectado al programa Vacaciones en Paz, según detalla Merino. «Los niños vienen bien.Se les dan los permisos y, de momento, puede ser a nivel político y de reconocimiento, pero a nosotros nos ha tocado», expone Merino.
Por último, destacan que se trata de una experiencia que enriquece socialmente y que lleva años asentada en el conjunto de España. «Es inolvidable tanto para una parte como para la otra.Todas las familias están encantadas con la acogida. Además, pueden traerlos durante dos o tres años», concluye Aparicio.