… de mujeres. Ni idea de quién era el señor Rubiales y de la noche a la mañana me lo encuentro hasta en la ensalada, pues no es tiempo de sopas. Por lo visto, es un alto cargo de representación… que ha tenido una conducta indigna. Debió pensárselo, pues su apoteosis final ha borrado todo lo importante. La sorpresa se la llevó la futbolista que ante el errado beso quedó paralizada, tanto, como para no haber propulsado su forzuda rodilla hacia tal sitio que le hubiera echo torcer el gesto al tiempo que daba a éste y a otros una buena lección de coraje por comportamiento tan inapropiado. Hay que ir al grano. Ahora todos dicen conocer el percal del señor pero todos callaban. Hasta un exalto cargo, mujer, ha dicho que tuvo que echarle de su despacho. Señora, ¿por qué no le recriminó entonces públicamente lo que fuere?  Las mujeres no debemos callar. La consecuencia de esto, es que estas chicas que han peleado, se han esforzado y han ganado nada menos que un título Mundial poco disfrute han tenido. ¿Por qué el elocuente  Ministerio de Igualdad en funciones no habla más del triunfo de estas campeonas?  ¿Por qué no ha dado más mérito a la hazaña de estas triunfadoras? Esto no solo pasa en el fútbol, sino en otros muchos terrenos. Vi parte de un  programa de La Sexta sobre esto y clama al cielo. La mujer va por la vida relegada y manejada. ¡Claro que un beso puede ser clasificado de delito! pero después de ver un vídeo de estas jugadoras en el autobús a gritos y  risas de ¡beso, beso, beso…! ¿Qué ha pasado para que al cabo de una semana lo llamen agresión? Todos se posicionan del lado de la gresca. La sombra de cierto feminismo es alargada. ¿Y por qué el presi Sánchez las recibió con dos besos y no les dio la mano como al seleccionador? ¡Hay que ver la cantidad de líneas que se dedican al tema y qué pocas al laurel  de estas bravas mujeres como vencedoras de un título Mundial! Chicas: atreveos de una vez a poner los puntos sobre las íes en todos los sectores. Las que estáis arriba, no os dejéis manipular, exigid respeto, luchad por vosotras y por las que no tienen voz. ¡Felicidades Campeonas, tirad, y a por otra Victoria!