San Salvador de Cantamuda, un oso de la Montaña Palentina, el roblón de Estalaya, un bisonte de la reserva de San Cebrián de Mudá, la catedral, una palomar, una esclusa del Canal de Castilla y la iglesia de San Martín de Frómista son los motivos elegidos, en referencias a la riqueza patrimonial y natural de la provincia, como protagonistas del mural que se ejecuta con  colaboración con el CIFP Camino de la Miranda y la Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Mariano Timón en el muro de 16 metros de longitud por 2,5 de altura anexo a la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León. La  intervención fue presentada por el delegado, José Antonio Rubio.

A la espera del resultado final, ya coloreado el mural, ayer por la tarde ya se podía disfrutar de los trazos traladados a la pared por un  robot grafitero automatizado, proceso que llamó la atención de no pocos curiosos, que se detuvieron, fotografiaron y grabaron sus evolociones -perfilado de los motivos, en este  caso de los profesores de la Marino Timón Rosa Mª Otero, Javier Román y Alicia Cerdá-. Como explicó Roberto González, tutor en el proyecto del alumno Calor Alonso, se trata de un plotter «gigante», modificado «para que trabaje en una pared»-. Galardonada en la 35 edición del Premio Nacional Salesianos Don Bosco en Zaragoza en la categoría de Tecnologías Industriales, esta herramienta, desarrollada en el CIFP Camino de la Miranda, dispone en el cabezal de un sistema de medición láser que permite ajustar la distancia de impresión para adaptarse a la superficie. La impresión utilizada se basa en la aerografía y, gracias a este método, se puede utilizar cualquier tipo de tinta o pintura. También cuenta con un minucioso sistema de control de caudal de aire y tinta, ya que cada tipo de pintura tiene unas propiedades mecánicas como viscosidad, fluidez o capilaridad. 

Esta no es la primera acción del robot, y es que se suma a las realizadas en Villamuriel de Cerrato y Palacios del Alcor.