La A-73 se resigna a que tramos centrales sigan en un cajón

D. almendres-D.P.L.
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El Ministerio, tras 15 años, avanza la obra de Quintanaortuño a Montorio y la licitación del nudo de Aguilar de Campoo

La A-73 se resigna a que tramos centrales sigan en un cajón - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

El ruido, el trasiego de las máquinas y el polvo levantado son los mejores indicadores de que una obra está en marcha. Los avances protagonizados en el futuro trazado de la A-73 (Burgos-Aguilar de Campoo) que unirá las localidades burgalesas de Quintanaortuño y Montorio suponen una gran noticia pero, mientras los pasos inferiores y los tubos de drenaje transversal se van asentando sobre el trazado, los sectores centrales de la autovía a Aguilar sigue empantanados en su proceso administrativo. La autovía se desarrolla de forma desigual y, si se cumplen los plazos establecidos, dentro de dos años estarán operativos 11,5 kilómetros más de doble vía y completado cuatro de los siete tramos que dividen la construcción. Pero la realidad es diferente hasta conectar con Pedrosa de Valdelucio.

El tiempo dirá si, para entonces, la situación será diferente para los trazados que conectarán Montorio con Santa Cruz del Tozo (17 kilómetros) y Santa Cruz delTozo con el mencionado municipio de Pedrosa de Valdelucio (14,3 kilómetros). Ese es el deseo de los usuarios y de los municipios beneficiados por la autovía, pero la situación se alargará y no habrá novedades tangibles hasta la próxima década.  Y es que el Ministerio no se decide a licitar la actualización de los proyectos tras 14 años de un barbecho sin fecha de reactivación. Fue el 11 de febrero de 2010 cuando se publicó en el Boletín Oficial del Estado el proyecto de trazado del tramo Montorio-Santa Cruz del Tozo con un presupuesto base de licitación de 90 millones de euros.

Se determinó que el trazado pasaría por los términos municipales de Montorio, Úrbel del Castillo y Basconcillos del Tozo, con dos calzadas de 7 metros y tres enlaces previstos en Huérmeces, La Nuez de Arriba y La Piedra. Una obra que contaría con 18 estructuras (ocho son pasos superiores, ocho pasos inferiores y dos viaductos).

Todo estaba preparado y, entonces, llegó el tijeretazo presupuestario de 2010. Desde entonces no se ha avanzado ni un paso en el proceso. Lo mismo ocurrió con el segmento entre Santa Cruz del Tozo y Pedrosa de Valdelucio. Los proyectos de estos tramos caducaron y en tres lustros no se ha movido un documento para desbloquear un asunto capital para las comunicaciones del norte.

Desde entonces se requiere una actualización completa de su proyecto, que se ha quedado completamente obsoleto desde que se aprobó. Este proceso se demorará, al menos, 24 meses para su aprobación inicial.Incluso este paso se presenta muy lejano en el tiempo y ni siquiera hay un horizonte aproximado para pensar en el desarrollo de los tramos pendientes. 

Al menos, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible asegura que, llegado el momento -cuando tenga que llegar- todos los proyectos en desarrollo o planificados en ambas carreteras «tienen y tendrán la Declaración de Impacto Ambiental vigente» una vez concluido el periodo de prórroga concedido para mantener la validez de los documentos.

Mientras tanto, el último tramo de la A-73 que discurre íntegramente en la provincia de Palencia tampoco ha alcanzado aún los objetivos previstos para mediados de este año. El segmento que unirá Báscones de Valdivia y Aguilar de Campoo sí tiene en marcha la actualización de un proyecto que aún no ha visto la luz a la espera de concretar los detalles de esos 6 kilómetros fundamentales desde un punto de vista estratégico. No en vano, el municipio aguilarense será el nudo que conecte la futura A-73 con la A-67 para impulsar el recorrido hasta Torrelavega.

Este eje de comunicación por carretera mejorará la conexión de la zona oriental de Castilla y León con Cantabria y el corredor cantábrico. Sin embargo, en los últimos meses el Ministerio de Transportes aún no tenía claro cómo definir ese enlace entre las dos vías de altas capacidades. El Ineco se encarga de la actualización de ese proyecto, que deberá estar listo este año.

UN AÑO DE LA OBRA ACTUAL. Este mes de junio se cumple un año de la adjudicación de las obras de la A-73 para el tramo que separa las localidades de Quintanaortuño y Montorio. La unión temporal de empresas conformada por FCC Construcción y Construcciones y Obras Llorente se comprometió a realizarlas en 36 meses que comenzaron en octubre del año pasado, y ahora mismo los camiones y demás maquinaria trabajan sobre el terreno para hacer realidad la futura autovía. Las labores que se están efectuando pretenden ser la continuidad del segmento que conecta Burgos con Quintanaortuño, donde la doble vía desaparece para dejar espacio a la N-627. Justo en este punto los topógrafos se están llevando a cabo diversas mediciones para establecer la profundidad del terreno una vez ejecutadas las excavaciones para introducir, bajo tierra, las estructuras de drenaje. Estas tareas consisten en colocar tubos de hormigón armado de gran diámetro a lo largo de toda la plataforma con el objetivo de tomar el agua de los arroyos y cunetas y que no irrumpa en la doble vía.

La UTE ha empezado a su vez a construir los ocho pasos inferiores que permitirán el tránsito de animales, tractores o demás vehículos que acostumbran a hacer uso de los caminos. Estos pasos serán cubiertos en el futuro por la plataforma de asfalto. En alguno de ellos se podía ver ayer a grúas y operarios avanzando en el levantamiento de dichas piezas de hormigón.

Pese a la evolución de los trabajos, todavía queda lejos la culminación de todas las estructuras que se han proyectado: un viaducto sobre el río Ubierna, tres pasos superiores, ocho inferiores y un ecoducto sobre la traza de la autovía. Se trata de un falso túnel de 145 metros de longitud sobre el que discurre una plataforma de 80 metros de ancho, naturalizada con especies de plantas autóctonas que permita el paso habitual de la fauna. Será el primero que se ejecute en todo el territorio burgalés y tratará de garantizar la biodiversidad en el corredor entre los ríos Ubierna y Urbel. Para minimizar el impacto ambiental se ha ajustado el trazado hacia la vertiente oeste.

Para esquivar el casco urbano de Ubierna, la A-73 se desvía hacia el noroeste. A la altura de este municipio se puede ver un pequeño monte que tendrá que superar para después transcurrir por un valle paralelo a la N-627, aunque a 1,6 kilómetros.

 Más adelante, cercano a una zona en la que se ubica un parque eólico, se divisa una trinchera que atravesará una pequeña colina. Varios dumpers se encuentran actualmente levantando polvo por los caminos. Recogen el material que retiran las retroexcavadoras y lo llevan a distintos espacios que se han habilitado para poder depositar las grandes cantidades de tierra que se movilizan. Todos circulan por zonas que ya han sido debidamente señalizadas.

La vía de alta capacidad que unirá Burgos con el municipio de Aguilar de Campoo todavía precisa de la actualización de otros cuatro tramos de la A-73 (Montorio- Santa Cruz del Tozo) y cinco (Santa Cruz del Tozo-Pedrosa de Valdelucio) en territorio burgalés.