El futuro de la impresión 3D es una realidad en el centro de Formación Profesional Básica de La Salle Managua. En sus instalaciones de la capital y, concretamente, en los talleres del módulo de Fabricación y Montaje llevan utilizando todo este curso una impresora Fuse 1 (Formlaps), una de las más avanzadas tecnologías de impresión 3D que existen, basada en el sinterizado selectivo por láser o SLS, un proceso en el que un láser fusiona con precisión el polvo de nailon capa tras capa hasta que finalmente se ha conformado la pieza.
Un aparato valorado en unos 50.000 euros y que, por ejemplo, la firma Mercedes está utlizando para fabricar piezas de vehículos que ya están descatalogados e, incluso, de algunos de sus modelo en venta. En La Salle Managua, sin embargo, su uso es más sencillo pero no por ello menos importante: preparar a sus alumnos para un mercado laboral cada vez más exigente.
La historia de cómo llegó esta máquina a este centro de Formación Profesional Básica comenzó a escribirse cuando la Secretaría General de Formación Profesional convocó ayudas destinadas a la realización de proyectos de innovación e investigación aplicadas y transferencia del conocimiento en Formación Profesional. La Salle Managua, de la mano de la Fundación Masaveu (Oviedo) y del IES Politécnico de Vigo, y con el asesoramiento y formación de la empresa Tecnotron, presentaron un proyecto para introducir la Fabricación Aditiva (FA) en la Formación Profesional mediante nuevas metodologías de aprendizaje por retos. La idea gustó y se tradujo en una ayuda de 220.000 euros vía fondos europeos que permitió que esta avanzada máquina recalase en el centro, convirtiendo a La Salle Managua en un laboratorio de fabricación aditiva mediante tecnología SLS (selective laser sintering).
La fabricacion aditiva es uno de los pilares de la denominada cuarta revolución industrial o industria 4.0. Esta tecnología permite convertir modelos en digitales en objetos tridimensionales sólidos, sin necesidad de moldes ni utillajes de ningún tipo mediante la impresión 3D.
Ese ha sido el camino que han tomado Víctor Martín y Alejandro Cuartas, profesores del módulo de Fabricación y Montaje, para captar la atención y el interés de sus alumnos. «Uno de los comentarios que estábamos recibiendo de los empresarios es que los alumnos que se incorporaban a trabajar a sus empresas llegaban con carencias a la hora de interpretar un plano, así que optamos por aprovechar este recurso para enseñar a los estudiantes cómo manejarse con las vistas espaciales, y a aprender la interpretación gráfica y el diseño antes de pasar al modo de fabricación», comentan Martín y Cuartas.
Esta impresora está siendo «una fuente de contenidos para impartir a los alumnos, una herramienta que nos sirve para que adquieran la visión global de lo que es una empresa y a ir un paso más allá de que alguien lleve una pieza en un plano para que se lo hagan, de forma que sepan cómo surge ese diseño», resaltan.
Un proyecto que está enfocado a la innovación tecnológica ambiental y de procesos de producción, que permite la transferencia de conocimientos entre centros educativos y que, además, permite al centro participar de la economía circular, ya que la máquina les ha permitido hacer el diseño y fabricación de algunas piezas que usan en el taller, en vez de comprarlas, e, incluso, mejoras para adaptarlas a sus necesidades.