Senegal, Mali, Mauritania, Guinea Conakry, Togo y Burkina Faso. Son los países de procedencia de los inmigrantes, 90, que llegaron a Palencia el 7 de agosto; es decir, se cumplen tres meses acogidos en las instalaciones de los Padres Barnabitas, donde, merced al contrato firmado por San Juan de Dios y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social permanecerán hasta el 31 de diciembre, como señala Yomar Ruiz de la Cruz, coordinadora del programa de ayuda humanitaria denominado Dispositivo de Emergencia de las Costas de Canarias.
Se trata de hombres, de edades comprendidas entre los 18 y los 45 años, solicitantes de protección internacional, es decir, que «tienen un resguardo de proyección que otorga ciertos derechos, uno de ellos es que puedan ser empleados de forma regularizada en España tras activarse su permiso de trabajo», explica Ruiz de la Cruz, quien destaca que la adaptación de los subsaharianos ha sido «muy buena, y que, a pesar de que tienen culturas y vivencias diferentes, están haciendo todo por adaptarse».
En aras de su integración, los inmigrantes participan en diferentes talleres. En este sentido, la coordinadora del programa desgrana que asisten de forma diaria a clases de español y, según el nivel, a refuerzo en la Universidad Popular de Palencia (UPP), Escuela Oficial de Idioma (EOI) y Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) San Jorge. Además, se les ofrece talleres educativos sobre cultura española y aspectos importantes para mejorar su adaptabilidad, así como actividades deportivas (boxeo, natación, atletismo o dardos). En este último ámbito Yomar refiere los casos de Yatma Toure, fichado como jugador profesional del Club Baloncesto Palencia, y Yaya Dembélé en el Palencia Rugby Club.
La atención a los inmigrantes se concreta también un servicio de orientación con cursos de formación, sobre todo a los que tienen más nivel de español y lectoescritura, en áreas como construcción, tareas doméstica o atención al cliente, según explica a Diario Palentino Ruiz de la Cruz, quien señala que unas 12 personas de participarán en un curso de PRL (prevención riesgos laborales).
Entre los inmigrantes, dos están trabajando y «dentro de poco van a dejar el dispositivo para tener una vida autónoma», indica la coordinadora, quien incide en que «cuando se les activa el permiso de trabajo, ya da lugar a que puedan trabajar». «Clases de español, formación, permiso de trabajo activado y búsqueda de empleo de cara a inserción en el mercado laboral», explica Yomar Ruiz respecto a este programa de ayuda.
diciembre. La coordinadora del dispositivo hace referencia a que estos inmigrantes está ahora en Palencia y que después se los pueden llevar a otro de protección internacional ya que son solicitantes. «Ahora es solo hasta diciembre; después de esa fecha, a día de hoy es una incógnita la continuidad. De momento, estamos centrados en atender sus necesidades, y si sigue el proyecto, bienvenido sea», asevera.
Ruiz de la Cruz califica de «gratificante» la acogida dispensada a este casi centenar de subsaharianos. «Se les ha recibido increíblemente bien tanto por los vecinos del Cristo como del resto de la comunidad palentina. Es mucha la gente que a diario viene a los Barnabitas con donaciones, sobre todo de ropa y alimentos, también material escolar, bicicletas...».
«Están encantados», afirma la coordinadora del dispositivo, para añadir, a renglón seguido, que «vienen de situaciones de muchísima vulnerabilidad, para conseguir oportunidades y seguridad, y es que dejaron su países de origen por guerras y situaciones muy graves». «Se sienten superarropados y para ellos es una oportunidad muy buena, vienen a aprende español, formarse y llegar a pagar su casa, luz, agua, gas…», comenta.
La puesta en marcha del dispositivo ha supuesto la creación depuestos de trabajo por parte del Complejo Asistencial San Juan de Dios de cara a la atención de los servicios de orientación, jurídico, psicología, monitores, integradores, profesores de español y catering. «En total, 25 personas para dar cobertura a este programa», manifiesta Yomar Ruiz.
Por su experiencia en el día a día y el trato, señala que «son personas generosas, con la cantidad de dificultades que han pasado. Siempre dispuestos a ayudar y prestar apoyo», incide, a la vez que hace hincapié en que «la convivencia es muy buena». «Son como esponjas, con una capacidad de aprendizaje y retención», destaca de un día a día organizado en base a sus necesidades y un itinerario que dé cobertura a sus preferencias.
Entre los inmigrantes acogidos, se encuentra Ousmane Tanou Diallo, de 30 años y procedente de Guinea Conakry (en este dispositivo se atiende a otros tres compatriotas), país que tuvo que abandonar por «motivos políticos» dada su afinidad al Foro Nacional por la Reforma de la Constitución, y donde trabajaba en contabilidad con su hermano. Primero Canarias, después Alcalá de Henares y ahora Palencia, donde dice estar «muy bien». Afirma que su empeño es «estudiar», que salir a pasear por la calle Mayor le ayuda a no pensar tanto en su país y que en los Barnabitas todos se consideran «hermanos». Modi Dandiogou, de Mali, lleva siete meses en España, los últimos tres en Palencia. Asegura que aquí está «muy bien» y que «Palencia es muy bonita». Recibe formación en español y albañilería.
Amparo Bravo, monja Angelina que ahora está en Báscones de Ojeda cuidando a su madre casi centenaria, una vez supo que había gente de Mali y Senegal comenta que se la encendieron «todas las velas». «He venido corriendo a ver qué podía hacer. Cuando les hablo en bambara los ojos les brillan», señala, a la vez que hace hincapié en que el pueblo es «muy solidario»; «lo dijo el sacerdote en misa y hemos traído dos coches llenos de ropa», explica.
Comentar, por último, que se están cambiando ventanas y el sistema eléctrico en la parte de Barnabitas de este dispositivo.