Antonio Álamo

Antonio Álamo


Recuerdos

06/06/2024

Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina resulta inevitable, al menos a algunos, echar un vistazo a la portada de un libro reciente del historiador inglés Ian Kershaw porque el título no solo condensa un periodo histórico apasionante sino que también puede resultar hasta cierto premonitorio… basta con prestar un poco de atención al devenir de los asuntos comunitarios. El título que da nombre a esta obra es Ascenso y crisis. Europa 1950-2017. Un camino incierto (Crítica. 2019) y se puede añadir además que con ella el autor ofrece una visión exhaustiva del siglo XX europeo ya que con Descenso a los infiernos. Europa 1914-1950 -publicada en España cuatro años antes por la misma editorial- dibujó toda una época. Si en vez de libros fueran pinturas podría decirse que uno y otro equivaldrían a una extraordinaria pinacoteca capaz de satisfacer a quien tenga la más mínima curiosidad por el pasado de la tierra donde mora.
Quien resida aquí debe saber que nada se le ha escapado aunque otra cuestión es que a los dirigentes políticos hispanos, de antes y de ahora, no les guste mucho alguna que otra descripción porque no figuran tan edulcoradas como pueden verse en la prensa escrita. A decir verdad, tampoco les importará mucho porque entre un libro y un voto está claro que va a elegir lo más práctico. Da igual. A los votantes del domingo, sin embargo, quizá sí les interesaría prestar cierta atención a algunas de las reflexiones que ofrece este hombre en el prólogo y en las conclusiones. Dice en la introducción que ha sido un periodo histórico lleno de curvas y giros, de altibajos, de cambios volátiles y de una gran y acelerada velocidad de transformación.
El epílogo, eso sí, parece escrito por Casandra, un personaje de leyenda del mundo clásico, y no por él porque lo que figura ahí es un retrato preciso de lo que está sucediendo ahora mismo en Europa, aunque se redactara en el verano de 2017. A quien tenga curiosidad sobre su contenido le bastaría con una sola de las aseveraciones que ofrece al lector. Es aquella en la que se asegura que Europa se ha convertido en «un continente de democracias, aún aceptando que algunas de ellas son poco más que una fachada de formas de autoritarismo».