La tularemia merma la liebre y resta optimismo a la caza menor

Pablo Torres
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La temporada general comenzó ayer con unas expectativas mejores que las del pasado año a causa del aumento de perdices en los cotos · El lobo castiga al jabalí y reduce, hasta ahora, las capturas

Imagen de archivo de un grupo de cazadores acompañados de sus perros durante una batida en el campo. - Foto: Patricia González

Los cazadores palentinos, al igual que los del resto de la región, salieron ayer a los cotos para dar caza a sus presas durante el primer día de la temporada general de caza menor. Como cada año, este período cinegético se inicia el cuarto domingo de octubre, extendiéndose hasta el cuarto domingo de enero.

La situación de la perdiz invita al optimismo entre los cazadores. Así lo pone de manifiesto el delegado provincial de la Federación de Caza de Castilla y León, José de Luis Cantero, quien augura una temporada «ligeramente mejor» que la del ejercicio anterior. «Sabemos que se han criado mejor porque se ven polladas en el campo, mientras que otros años ya estábamos concienciados de que no lo iba a ser porque no se veían», explica. 

A pesar de no haber un cupo fijado, serán las propias juntas directivas de muchos cotos las que se encargarán de fijar el límite de capturas de las perdices. «Una, dos o tres como máximo es lo que conozco que se está autorizando», precisa. «Hay que administrarlas con buen criterio para las próximas campañas y que la gente joven que llegue siga teniendo la ilusión de seguir cazando. Para ello, hay que ser deportivos y racionales», detalla De Luis. 

Caso contrario al de la perdiz es el de la liebre, cuya población se ha visto mermada por la enfermedad de la tularemia. «Ahora mismo, se están encontrando muchas muertas», lamenta el delegado. 

Cabe señalar que la tularemia es una patología infecciosa causada por la bacteria Francisella tularensis, y puede afectar tanto a humanos como a animales. Precisamente en roedores como la liebre es donde tiende a tener una mayor presencia y peligrosidad, pues en muchos casos provoca la muerte del animal.

Amén de la temporada general de la caza menor, la Junta de Castilla y León también permite, desde el día 12, la caza de liebre con galgo (hasta el 26 de enero); y la de la paloma torcaz y zorzales en migración en pasos, desde el día 1 (hasta el 9 de febrero). Señalar que los días hábiles de caza menor son los jueves, sábados, domingos y festivos de carácter nacional y autonómico, si bien las palomas torcaces y los zorzales en migración en pasos podrán cazarse cualquier día. 

Recordar que durante estas fechas también se permite la caza mayor del ciervo, el muflón y el gamo en todas sus modalidades (hasta el 23 de febrero); el rebeco (hasta el 15 de noviembre); cabra montés (hasta el 15 de diciembre) y jabalí (hasta el 23 de febrero). La caza del zorro también se permitirá durante la práctica de la caza en especies de caza mayor.

JABALÍ. En lo que respecta a la caza mayor, la presente temporada está fuertemente marcada por la influencia del lobo, tanto de forma negativa en las comarcas del norte como de manera positiva en el sur, sobre todo, en lo que a capturas del jabalí y corzo se refiere. 

Según explica a este periódico el delegado provincial, el aumento del lobo en los terrenos de la Montaña Palentina está provocando una «notable» bajada en el número de jabalís. «El lobo es un animal muy depredador y no se le pone nada por delante. A la caza le castiga muchísimo», justifica De Luis. 

Los cazadores palentinos lamentan que el número de esta especie «ha disminuido». Así lo han constatado desde el pasado 22 de septiembre, pues cabe recordar que la Junta permite desde entonces la caza de este animal.

«En algunas zonas de la provincia aún no se ha cosechado el maíz. Los cazadores tienen esperanzas en que, cuando se haga, se pueda ver algún ejemplar más», augura el delegado, a la vez que reconoce que «en este momento, el número de capturas ya es inferior al del pasado año». Las expectativas con este animal, que puede cazarse hasta el 23 de febrero, no son optimistas. «La temporada no puede ir a mejor [en relación con los jabalís]. Como mucho, será mediana», lamenta De Luis. 

La contraparte de los ataques lupinos viene por la distribución de otras especies en otros rincones de la provincia, como es el caso del corzo. De acuerdo con Cantero, los ataques a estos animales han desencadenado que se trasladen a las comarcas del sur, lo que supone una buena noticia para los aficionados cinegéticos de estos cotos. «Hace años, los corzos estaban solo en el norte y bajaban, como mucho, hasta Carrión. Ahora se están aclimatando mucho por el sur, entre otras cosas, por la presión que el lobo les está ejerciendo», concluye.