A falta de 10 meses para que los estadounidenses acudan a las urnas para elegir el próximo inquilino de la Casa Blanca, todo parece indicar que la Historia vivirá una nueva pugna entre el actual mandatario, el demócrata Joe Biden, y el expresidente Donald Trump. Y todo después de que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunciara el pasado domingo que abandona las primarias para la nominación republicana, allanando todavía más el camino al magnate, quien parece un rival imbatible.

De hecho, el propio DeSantis le expresó su total apoyo frente la otra candidata que queda en la contienda interna, Nikki Haley. Un gesto que Trump le agradeció ayer al garantizar que dejará de referirse al gobernador con el apodo DeSanctimonious (un juego de palabras con el término mojigato). «Ese nombre queda oficialmente retirado», señaló el exmandatario en un acto en Rochester, en New Hampshire.

«Han hecho una campaña realmente buena -en referencia al equipo de DeSantis-. No es fácil, creen que es fácil hacer estas cosas, pero no es fácil. Como ya saben ha dejado la campaña y me va a apoyar. Estoy muy agradecido», señaló horas después en un vídeo compartido en su red social.

«Espero trabajar junto a Ron para derrotar al corrupto de Joe Biden; tenemos que recuperar nuestro país», defendió al respecto.

Con la retirada de DeSantis, la única que queda en pie en la carrera por ocupar el Despacho Oval es la exembajadora ante la ONU y antigua gobernadora de Carolina del Sur, cuya prueba de fuego, y quizás última oportunidad, tendrá lugar hoy en las primarias clave del estado de New Hampshire.

Y, aunque Trump es el gran favorito para representar al Partido Republicano de cara al próximo 5 de noviembre, Haley se ha volcado en la campaña en dicho estado con la esperanza de que su perfil moderado le permita recortar distancias y erigirse como la alternativa al expresidente. 

No lo tendrá nada fácil. Una encuesta publicada el pasado fin de semana por la CNN antes de la renuncia del gobernador daba el 50 por ciento de los votos a Trump y el 39 por ciento para Haley y apenas un 6 por ciento para el recién retirado. Además, según los analistas, los votantes de DeSantis tienen al antiguo mandatario como segunda opción, así que su abandono augura al aspirante favorito unos resultados todavía mejores de los esperados.

Ante este duelo, el fuego cruzado entre ambos candidatos se ha intensificado en los últimos días. Es más, Haley se ha convertido en la principal diana de las diatribas de un Trump que le ha dedicado ya insultos como el de «majadera», o «traidora globalista», al mismo tiempo que ha ironizado en varias ocasiones sobre su origen indio. Por su parte, la exembajadora ha puesto en cuestión que su rival esté «mentalmente apto» para volver al poder.

Juicio aplazado

Por otro lado, ayer estaba prevista la celebración del juicio por difamación contra Trump, que finalmente se tuvo que posponer hasta nueva fecha debido a que uno de los nueve miembros del jurado está enfermo.

En esta causa, el acusado deberá responder a unas acusaciones de desacreditar a la escritora E. Jean Carroll cuando aseguró, en 2019, que no la conocía y que su confesión de que había abusado de ella en los 90 era falsa.