La selección española ha dado un paso de gigante en sus aspiraciones de clasificarse para los Juegos Olímpicos de París tras superar a la República Checa en el primer partido del torneo Preolímpico, disputado este jueves en Torrevieja.
El combinado que dirige Ambros Martín, que encarriló la victoria en una primera parte pletórica en defensa y ataque, se sacó la espina clavada ante el conjunto centroeuropeo, su verdugo en el pasado Mundial, y puede certificar su presencia en París este viernes si supera a la selección de Argentina (21:00 horas), ante la que nunca ha perdido.
Las 'Guerreras' salieron decididas a romper el partido por la vía rápida, pero el conjunto checo, tras un parcial inicial de 0-2, logró equilibrar el juego con Kudlackova imponente en portería y Jerabkova letal en el lanzamiento.
Por un breve instante sobrevolaron por Torrevieja los fantasmas del pasado Mundial, pero España los espantó de un manotazo gracias a su intensidad defensiva y al acierto anotador de Mireya González, infalible en el lanzamiento.
España rompió definitivamente el partido en el ecuador del primer acto, cuando apareció en escena Merche Castellanos. La guardameta dio vida a las 'Guerreras', que pudieron volar al contragolpe.
El seleccionador checo intentó frenar la estampida española con un tiempo muerto en el minuto 16 con 6-11 en el marcador. Pero su equipo no reaccionó y España, apoyada en una espectacular defensa que asfixió la circulación de balón checa, logró machacar al contragolpe.
Las ventajas se fueron ampliando con el paso de los minutos a favor de España ante una República Checa irreconocible, hundida e impotente. España, tras 10 minutos de vendaval ofensivo y defensivo, llegó al descanso con una cómoda renta (10-19) y con el rival tendido sobre la lona.
La República Checa elevó su intensidad defensiva en la segunda parte para intentar engancharse al partido, pero de nuevo se encontró con una gran Merche Castellanos, que frenó cualquier intento de remontada.
El conjunto de Ambros Martín perdió precisión en ataque y finura en el lanzamiento, pero su defensa le permitió manejar siempre una cómoda renta que nunca bajó de los ocho goles.
El seleccionador español, consciente de las futuras batallas que se avecinan, fue dosificando sus piezas, pero el equipo no perdió su espíritu combativo en defensa y logró cerrar el partido elevando la diferencia a los 10 tantos (21-31).