Juan Manuel Corchado (Salamanca, 1971) es el nuevo rector electo de la Universidad de Salamanca. Tras la jornada de votaciones celebrada el pasado martes, en la que concurrió como candidato único, el catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial accedió al sillón rectoral que ocupará durante los próximos seis años, en base a la nueva legislación. Anteriormente, Corchado fue vicerrector de Investigación, director del Parque Científico y, en dos ocasiones, decano de la Facultad de Ciencias. Dirige el grupo de investigación Bisite, el IOT Digital Innovation Hub y el AIR Institute. A lo largo de su carrera, con decenas de ponencias invitadas en congresos nacionales e internacionales, se ha centrado en mostrar cómo los sistemas inteligentes actuales necesitan rodearse de tecnologías alternativas para impulsar soluciones eficientes en todos los ámbitos. Durante una entrevista con Ical, el nuevo mandatario académico elogia el prestigio de la Universidad de Salamanca, por encima de rankings, y explica cómo aspira a impulsar y modernizar la institución, con mejores procesos y nuevas infraestructuras y titulaciones, gracias a lograr un incremento de la financiación.
¿El Rectorado de la Universidad de Salamanca siempre estuvo en su hoja de ruta vital?
No siempre, pero últimamente sí. La verdad es que hace años también, cuando me presenté, luego durante un tiempo me olvidé y, después, sobre todo, de estar fuera de Salamanca y tener un pie fuera y uno de dentro, de dedicarme a muchas otras cosas, y de ver cómo estaban avanzando otras universidades, que me di cuenta de que podía aportar mucho a esta Universidad, Y por eso estamos aquí, con un proyecto muy ilusionante, un proyecto que es de universidad, de nuestras ciudades, para nuestro distrito universitario y que va a ser muy importante para Castilla y León.
¿Cómo dibuja esquemáticamente esa universidad distinta a la que aspira?
Es una universidad en la que vamos a impulsar un programa consensuado con centros, con departamentos y con personas concretas. Hemos visto que no ha habido una respuesta alternativa, ni un equipo alternativo, y nuestro equipo ahora tiene la obligación de avanzar en él. Y consideramos que, el nuestro, es el programa que esta universidad necesita porque nos va a permitir ampliar la plantilla, mejorar sus condiciones laborales y salariales, tanto del PTGAS como del profesorado y de nuestros investigadores y nuestras investigadoras, va a hacer que los campus sean más modernos, los vamos a ampliar, y va a permitir que nuestros alumnos estudien con mejores medios. Desde ese punto de vista, teniendo titulaciones que estén a la vanguardia, que tengan buenos laboratorios y que se puedan adaptar bien utilizando el nuevo concepto de microcredenciales, con todo el potencial que nos da la LOSU para desarrollar nuestro trabajo. Con todo esto, yo creo que vamos, realmente, a convertirnos en una universidad mucho más atractiva, tanto para los que estamos aquí, como para los que quieran venir de fuera. Además, queremos impulsar nuestra internacionalización. Para ello, no vamos a trabajar con un único plan, vamos a trabajar con un plan por centro, por departamento, para darle a nuestra universidad, a sus miembros, aquello que necesitan en función de las situaciones actuales. Tenemos programas en marcha que son muy potentes, pero desde luego tenemos la obligación, y lo vamos a hacer, de poner en marcha muchos más.
¿Está cómodo sabiendo que su mandato será de seis años y ni uno más?
Yo creo que esto es ideal, un gran acierto de esta ley. Creo que lo de cuatro más cuatro no era lo más adecuado, era lo que había- Pero seis años, teniendo en cuenta los ritmos que tienen nuestras instituciones y lo que cuesta mover las cosas, es un periodo en el que se pueden empezar cosas. Obviamente, nosotros tenemos un diseño, ese diseño hay que pulirlo, hay que adaptarlo a los presupuestos que vayamos a conseguir y, dentro de nada, va a haber cambios importantes, cambios en la dirección adecuada. Aunque ya digo, este proyecto a seis años tiene objetivos muy a corto plazo, que tenemos que resolver, y otros que sabemos que nos van a llevar un poquito más.
¿Qué opina, en general, de la LOSU?
Nosotros tenemos unos estatutos del siglo pasado que tenemos que cambiar. El hecho de que la LOSU nos permita actualizarlos y hacer de nuestra universidad una universidad mucho más eficiente es fundamental. A partir de ahí, yo creo que cuando algo nos viene dado, tenemos que cogerlo según viene, ver la parte positiva, olvidarnos de la parte negativa y trabajar para que la LOSU sea la ley que nosotros queremos, porque es la que tenemos para impulsar todos estos cambios que vamos a poner en marcha en la Universidad.
No sé si le parece que las instituciones, en general, y la Junta de Castilla y León, en particular como administración competente, financia adecuadamente la Universidad de Salamanca.
Yo diría que todas las universidades en España están financiadas de forma un poco raquítica comparadas con la financiación que tienen las grandes universidades europeas y muchas de las más potentes internacionales. Ciertamente, yo creo que en España las cosas se hacen muy bien porque intentamos dar la mejor calidad con los recursos que tenemos, pero bien es cierto que tenemos que demandar más y también tenemos que ser capaces de, nosotros, generar más. En la Universidad de Salamanca, en concreto, en estos últimos años yo creo que todos los grupos de investigación han hecho un gran trabajo aumentando muchísimo la financiación. Tenemos casi 1.000 investigadoras e investigadores contratados con cargo a proyectos y hemos aumentado nuestro presupuesto de tal manera que casi duplicamos el que la Junta nos proporciona de forma venal. Y eso de forma directa, indirectamente somos, realmente, una máquina de generar recursos para nuestra sociedad. Y ese potencial que tenemos hay que capitalizarlo y hacer que nuestros grupos de investigación tengan aún más posibilidades de conseguir más financiación, de que todo este talento que llega a Salamanca se pueda quedar con más facilidad. Además, vamos a intentar por todos los medios modernizar nuestros campus con toda esa financiación que vamos a recibir. Ciertamente, la Junta de Castilla y León nos tiene que ayudar a aumentar definitivamente el capítulo uno', que es el techo de gasto que tenemos para poder contratar personal, y estoy convencido de que son sabedores de nuestra necesidad y de que lo van a hacer, y también de que, a la medida de sus posibilidades, pues nos ofrecerán mayor financiación. El Estado, por otro lado, ha ofrecido 3.500 millones de euros para impulsar la contratación de profesorado en nuestras universidades, en todas las del país, y a partir de ahí, pues bueno, esperemos que llegue cuanto antes y podamos trabajar fuerte con ellos.
Rector, esta institución es universidad por un lado, pero también es de Salamanca. ¿Cómo va a generar sinergias con la ciudad y con la provincia, con el territorio en general?
Fíjese, es de Salamanca, es de Zamora, de Ávila y de Béjar. Nosotros tenemos mucha implicación territorial y en ella está nuestra responsabilidad implícita. Y sabemos, además, somos conscientes de que somos el motor de lo que aquí sucede en parte de la actividad económica y social, obviamente, cultural y deportiva de nuestras ciudades. Vamos a trabajar conjuntamente con las instituciones que nos rodean, también con la Unión Europea y con el Gobierno de España, para que, entre todos juntos, tengamos acceso a la financiación que necesitamos para desarrollar este proyecto. Este proyecto basa su razón de ser en que yo, como responsable del equipo rectoral, y nuestro equipo vamos a tener que ser capaces de poner en manos de todos los profesores, de todos los miembros de la Universidad de Salamanca, una mayor financiación. Y ahí nos vamos a volcar. Ya digo que, por mi trayectoria como decano, como vicerrector de Investigación, como director del Parque Científico de la Universidad de Salamanca y, entre otras muchas cosas, de nuestra Escuela de Doctorado y demás, bueno, pues tengo mucha experiencia. Esto me pilla en un gran momento. Empecé dedicándome a la gestión, yo creo que, aproximadamente, hace once años, y si a eso se suman los seis que estuve de decano, son 17 años trabajando en gestión. He impulsado proyectos de investigación, el centro tecnológico y también la dirección del grupo de investigación Bisite, que es lo más importante para mí. Y desde este punto de vista, creo, sinceramente, que con toda la experiencia que tengo, y los proyectos que hemos puesto en marcha, podemos hacer muchísimas cosas.
¿Qué papel les tiene reservado a los campus periféricos: Ávila, Zamora y Béjar?
Bueno, no digamos campus periféricos, por favor. Digamos los campus de Zamora, Béjar y Ávila, como Salamanca. Cada uno es muy peculiar. En Béjar tenemos un problema de falta de alumnos. Son pocos y tenemos un campus muy pequeño. Sabemos que tenemos que revitalizarlo. Ya he estado hablando y trabajando con los responsables del centro, con todos los profesores, y tenemos todos los deberes, tenemos un conato de plan que vamos a desarrollar a lo largo de los próximos meses para impulsar ese campus, hacerlo físicamente más grande para que vuelva al esplendor que tuvo en su momento, cuando había 1.600 alumnos en algunos momentos. Entonces, mi objetivo es trabajar también con las instituciones locales para que desde el campus de la Universidad de Salamanca estrechemos sinergias con el campus de Béjar y universidades de otros países y podamos impulsar esa ciudad. En Ávila también tenemos un espacio muy grande, hay un territorio, y tenemos un plan para impulsar infraestructuras que conecten las dos facultades que hay allí. Queremos crear también un polideportivo y esa infraestructura que será una biblioteca polivalente con centros de estudio, centros de trabajo, centros de colaboración y demás, que va a cambiar la fisionomía, estoy convencido, de Ávila. Queremos que sea un centro también de referencia en el ámbito del emprendimiento e impulsar nuevas titulaciones, porque, por su cercanía a Madrid, por su posición estratégica, creo que van a ser muy relevantes. Zamora es un campus muy moderno, pero también se está quedando pequeño. Están creciendo los grupos de investigación y queremos ayudar a que se consoliden, así que también vamos a impulsar nuevas infraestructuras. Vamos a construir una nueva biblioteca, como la de Ávila, que queremos que sea un centro polivalente para que libere el espacio que hay, genere otros nuevos espacios y, entre otras cosas, nos permita dotar de los recursos físicos que necesitan los compañeros que tenemos ahí para sus actividades, no sólo docentes, sino de investigación y relacionadas con la cultura, con la ciencia, con el deporte y la divulgación científica. Yo creo que a ese campus le vamos a dar un impulso también muy potente.
¿Cuál es el plan en cuanto a las infraestructuras en Salamanca?
Para Salamanca tenemos el proyecto de modernizar e impulsar los campus que están, básicamente. Impulsar el nuevo campus que vamos a hacer con la ayuda del Ayuntamiento de Salamanca, la Junta de Castilla y León y también queremos implicar al Gobierno de España, en la zona del antiguo Mercasalamanca, cerca de la estación de tren. Yo creo que esto nos va a permitir desahogar algunas facultades que necesitan una rehabilitación inmediata o su derribo y construcción. Al mismo tiempo vamos a crear una biblioteca de reposición, una gran Escuela de Salamanca para celebrar esa efeméride como tiene que ser, y crear una Casa del Estudiante potente junto con esas otras facultades que sean modernas, en las que haya espacios para nuestros emprendedores y para que vengan empresas que quieran colaborar con nosotros, que sea una prolongación de nuestro Parque Científico. Y, además, zonas en las que el deporte y la cultura, además de la cultura científica, lo impregnen todo. Tenemos campus que tienen muchas posibilidades. En alguno de ellos no se ha intervenido últimamente y queremos, por ejemplo, darle un baño al campus Unamuno para que siga estando a la vanguardia y ofreciendo los servicios que hoy en día nuestra Universidad necesita.
Teniendo en cuenta que, como catedrático, responde a un perfil eminentemente científico, ¿cómo tiene pensado preservar el marcado legado humanístico que acompaña a la Universidad de Salamanca"
Bueno, fíjate, aquí dicen que 'zapatero a tus zapatos'. Una cosa es ser rector y otra cosa es ser una persona de letras, de ciencias o de ingeniería. Yo, ciertamente, creo que estoy a caballo entre todo ello. Desde luego tenemos grandes humanistas en nuestra Universidad y serán ellos quienes marquen las pautas. Yo estaré ahí para ayudarlos. Somos una gran potencia en este sentido, una gran potencia en el ámbito del español, de las humanidades en general, de las ciencias sociales y ellos son los que nos van a decir qué es lo que necesitan. Nosotros tenemos que estar a la altura para ofrecerles todo lo que una universidad moderna les puede dar. Para nosotros ser una universidad interdisciplinar es una gran baza, nos va a permitir impulsar muchísimos programas en conjunto, muchísimas situaciones interdisciplinares y nos va a permitir crecer más, o al menos mantenernos en niveles de estudiantes mejores que otras universidades. Y ahí, básicamente, vamos a contar con todos los que saben y a apoyarnos en todos ellos.
Uno de los ámbitos más importantes y que además tiene implicaciones económicas en la ciudad y en la Comunidad en general es la industria del español. ¿Cómo tiene pensado potenciarla para que siga siendo un motor económico?
Ahí tenemos el PERTE del Español, que nos ha dado una financiación muy importante en los últimos años. Un proyecto que presentamos desde aquí, desde el grupo de investigación, al Gobierno de España. Y tenemos que impulsar, efectivamente, esa economía, desarrollando tecnología en base a lo que nos digan los expertos en el ámbito del español que se necesita. Ciertamente, en mi área de trabajo, que es la inteligencia artificial, entre otras, se están ofreciendo ahora mismo muchísimas oportunidades y alternativas. Lo que realmente queremos y vamos a potenciar es un nuevo concepto, un nuevo centro de investigación en el ámbito del español, en el que toda la tecnología y toda la ciencia del español que ya se hacía en Salamanca se ponga al servicio de la sociedad para que, junto con ella, podamos explotar todas estas herramientas, productos y el conocimiento que hay en la Universidad de Salamanca. Así que tenemos la obligación de impulsar en gran medida el emprendimiento y también a esta industria, y vamos a colaborar con todos los que quieran ponerlo en marcha.
Le hemos visto muy activo en otros proyectos, como el 'Air Institute' o el grupo de investigación Bisiste. A partir de ahora, ¿qué se espera en su ámbito de especialidad?
Bueno, básicamente, yo coordino un grupo, pero dentro del grupo tenemos muchos investigadores que ya son responsables de los proyectos que se. No lidero yo todos, lidero algunos, que obviamente tengo que seguir al tanto, porque es mi obligación, pero el día a día y el desarrollo lo van a hacer los equipos de trabajo que tenemos contratados. Somos unas 100 personas en el grupo de investigación Bisite, más incluso, porque hay otros 25 becarios que están aprendiendo a formar parte de esta comunidad científica y de transferencia de conocimiento. En ese sentido, estoy muy tranquilo porque dejo todo en buenas manos que van a seguir impulsando lo que hay, Con respecto al Air Institute, bueno, hay una nueva Dirección General, y ellos ya tienen vida propia, son completamente autónomos en un ámbito de crecimiento absoluto y estoy convencido de que tanto para Salamanca como para Valladolid, donde estamos, y próximamente en Zamora, donde nos vamos a tener una sede también, el Air Institute va a seguir generando mucho empleo, riqueza y proyectos.
¿Le da mucha importancia a los rankings?
Pues la que tienen. Para algunas cosas son importantes, para otras no. Vamos a hacer algo para intentar subirlos al máximo. Por supuesto, la Universidad lo ha estado haciendo muy bien estos últimos años. Y es muy difícil porque los rankings, como todo, se establecen en centros de poder que tienen intereses concretos y están muy lejanos de los intereses y de los presupuestos de las universidades españolas. En todo caso, universidades como la nuestra tampoco se ven tan afectadas por el tema de los rankings, porque tenemos un prestigio que está por encima de todo eso. La Universidad de Salamanca, sin estar en ningún ranking, está considerada muy por encima de cualquier otra. Pero aún así, en la medida de nuestras posibilidades tenemos que estar ahí, claro.
¿Y cómo va a seguir impulsando la internacionalización?
Vamos a revisar el programa que hay y vamos a impulsar uno nuevo que se adapte a las necesidades concretas de cada centro. Queremos tratarlo con cada facultad, con cada centro de investigación, para que cada uno tenga este modelo de financiación nuevo que vamos a tener, en base a la internacionalización, con aquellos recursos que necesiten, recursos para viajar, recursos para atraer, recursos para impulsar proyectos de calado internacional, conferencias, congresos, etcétera.
Sobre la vida cotidiana de la Universidad de Salamanca, ¿es la burocracia el principal problema?
Bueno, no creo. La burocracia es algo innato en cualquier trabajo, sobre todo, el que tiene, al final, una connotación administrativa. Ciertamente, todo esto hay que automatizarlo, Me consta que, en la Universidad, como en todas, se han automatizado procesos de forma importante estos últimos años, pero sucede que las normativas, las leyes cambian mucho más rápido de lo que pueden cambiar, en ocasiones, nuestros sistemas informáticos. Esto implica que a veces lo tenemos que hacer fuera de los sistemas informáticos con un trabajo excesivo. Por otro lado, tenemos unas imposiciones legales que hay que cumplir. Desde ese punto de vista, pues sí, todo lo que es la tramitación de procedimientos, papeles y demás, a veces recae sobre los investigadores y es importante reducir su trabajo administrativo. Para eso vamos a impulsar una mejor plantilla del PTGAS, más grande, y facilitar la especialización, la promoción y la formación. Obviamente, que es importante para todo ello ampliar también la plantilla del personal investigador de la Universidad de Salamanca. Y, con todo eso, más la adquisición de herramientas informáticas y el desarrollo de herramientas propias, vamos a intentar reducir al máximo esta burocracia, sobre todo para el profesorado.
Así que habrá mejoras para todo el personal.
La Universidad de Salamanca tiene una gran maquinaria movida por nuestro personal de administración. Sabemos que los niveles de rotación dentro de nuestra plantilla son excesivamente altos, que es muy difícil especializarse en algunos puestos, y por eso vamos a trabajar duro para facilitar la estabilización del personal que hay para mejorar sus niveles, sus grupos, y para aumentar la plantilla, especializarla y mejorar su capacidad adquisitiva. En este aspecto estoy muy contento porque he recibido mucho apoyo del PTGAS en estas votaciones, muchísimo más que la vez anterior que me presenté. Creo que ellos han entendido mi proyecto, nuestro proyecto, y creo que ellos son sabedores de que los necesitamos y de que todos tenemos que trabajar juntos. Por eso me voy a volcar en ellos.
A tenor de los niveles de voto en blanco, ¿cree que el profesorado no lo ha entendido tanto?
Bueno, también he tenido más más apoyo que en el caso anterior. Hemos hemos tenido una situación muy peculiar, he sido el único candidato, entonces eso ha desmotivado mucho a la plantilla que, simplemente, me quería ver ahí. Sabían que iba a estar y tampoco se han preocupado mucho. Por otro lado, hemos recibido también un apoyo muy grande, de más del 83 por ciento, de los estudiantes, del 60 por ciento en PAS, del 50 y mucho en profesorado, y estamos muy contentos. También habrá otras ideas de universidad que no sé cuáles son porque tampoco se han presentado para competir contra la nuestra. En la Universidad hay gente que vota por filias y fobias. En ese aspecto, creo que hemos tenido muchísimo apoyo. Mucha gente que me consta, porque algunos me lo han dicho, que no han votado porque sabían que iba a ganar y todo el mundo estaba muy liado. De hecho, fijaos, ahora han votado 3.000 y pico personas. La vez anterior que me presenté votaron 8.000 y pico. Entiendo que los que más han ido a votar son aquellos que, por algún motivo, están muy cercanos a otros y tenían ese compromiso directo y se han visto pues, de alguna forma, presionados por aquellos que querían otra alternativa
¿Cree que sido una campaña con cosas raras?
La verdad es que aquellos que han querido presentarse y no han podido, por alguna razón, pues han estado ciscando. Ciertamente, eso es así. Pero es natural, en todas las instituciones siempre hay gente con distintas formas de ver las cosas, con distintos intereses también. Pero bueno, la verdad es que el único que se ha presentado con un proyecto y un equipo, y tampoco era tan difícil. He sido yo. Entiendo a aquellos que no lo hayan hecho porque no han podido, no han querido, o ya lo han intentado antes, les ha salido mal y no han querido volver a repetir. Pero ahora les queda el derecho a la pataleta, que es tan importante en una universidad como la nuestra. Y hay que dejar que ejerzan su derecho a la pataleta. No nos tiene que incomodar, porque sabemos que con nosotros está la mayoría de la Universidad de Salamanca. El programa ha calado, la gente está ilusionada y yo, desde luego, estoy súper ilusionado. Sé que vamos a cambiar esto y sé que vamos a contar con la Universidad. Así que ya con ganas de recoger el relevo, que será tranquilo, y seguir trabajando duro.