El compromiso de Castilla y León con la economía circular, es decir, con un modelo de producción y consumo destinado a prolongar el máximo tiempo posible la vida útil de los materiales gracias a su reutilización, se ve reflejado en su «ejemplar» gestión de residuos.
Así la define Sigaus, entidad sin ánimo de lucro destinada a la gestión de aceites industriales usados, la cual contabilizó el pasado año una recogida bruta de 10.812 toneladas de residuos en la región. Teniendo en cuenta que el 24,6% de dicha cantidad eran agua y sedimentos, la reutilización de aceites industriales procedente de estos materiales se situó en las 8.153 toneladas.
Palencia fue la segunda provincia de la comunidad con mayor cantidad de residuos brutos recogidos. De ello dan cuenta las 1.692 toneladas (incluyendo el porcentaje de agua y sedimentos mezclados con el aceite industrial) procedentes de la geografía provincial. Este dato, que representó el 15,64% del total, solo se vio superado en Valladolid, donde los residuos recogidos alcanzaron las 2.469 t.
Estas casi 1.700 toneladas, de acuerdo con la información facilitada por Sigaus, fueron sustraídas de 401 instalaciones y establecimientos generadores de aceites industriales a través de las 852 operaciones llevadas a cabo por la entidad en 2023. En total, estas actuaciones tuvieron lugar en 98 municipios palentinos, casi la mitad de los totales de la provincia (191).
Destacar que, de toda la cantidad sustraída en Palencia, 302 toneladas se obtuvieron en operaciones realizadas en el medio rural. Y es que la geografía de la región es precisamente un «hándicap» a la hora de que Sigaus lleve a cabo sus operaciones. «El problema que tenemos en Castilla y León es la dispersión de la población. La entidad debe hacer más kilómetros para recoger la misma cantidad que recogería en otras comunidades», explica a Diario Palentino la jefa del Servicio de Residuos y Suelos Contaminados de la Junta, Elena Junco.
PROTEGER EL MEDIO AMBIENTE. Más allá de alargar la vida útil de los aceites industriales, su recogida en entornos naturales ofrece una serie de beneficios para el medio ambiente. «Al final, son residuos peligrosos y, si los vertimos de forma incontrolada en el medio, afectan de manera negativa», apunta Junco.
En este sentido, 67 de las 1.692 toneladas fueron recogidas por Sigaus en zonas de vulnerabilidad ambiental. Quince de ellas se sustrajeron en las cercanías a espacios protegidos, mientras que las 52 restantes se retiraron de zonas próximas a recursos hídricos.
FINALIDADES. Tal y como afirma Sigaus, el aceite usado conserva en su composición recursos que hacen que pueda ser aprovechado en su totalidad. Esto permite su reutilización transformándolo en nuevos productos.
El principal fin al que se destinaron las más 8.000 toneladas recogidas en Castilla y León fue la regeneración, tratamiento prioritario por ley que permite transformar el residuo en bases lubricantes, las cuales son el componente fundamental en la fabricación de nuevos aceites industriales. A esta finalidad se destinó el 67% del total sustraído, lo que permitió reincorporar al mercado 3.400 toneladas de nuevos lubricantes. Por contextualizar, esta actuación permite llenar el cárter de 839.000 coches.
El segundo fin al que se destinó esta cantidad, en un 33%, fue la descontaminación para obtener un combustible que sustituye al fuel óleo tradicional. Este puede ser utilizado en centrales térmicas, hornos y otras instalaciones industriales.
Este proceso de reutilización está vinculado a la Responsabilidad Ampliada del Productor. Esto significa que los productores deben responsabilizarse de que se reutilicen los productos que ponen en el mercado.
CyL cuenta con 70 plantas para la reutilización de residuos de construcción
Más allá del reciclaje de aceite industrial usado, Castilla y León cuenta con varias infraestructuras y actividades destinadas a reutilizar prácticamente «todos» los materiales. «En distinta medida y por diferentes vías», matiza a Diario Palentino la jefa del Servicio de Residuos y Suelos Contaminados de la Junta, Elena Junco. «Todos los flujos de residuos se intentan aprovechar. Que no se terminen eliminando, sino que se incorporen otra vez al sistema productivo», añade.
Entre otros materiales se encuentran los residuos de construcción y demolición. A lo largo de la geografía regional hay unas 70 plantas destinadas a la reutilización de estre tipo de materiales, los cuales se pueden convertir en áridos reciclados que se emplean en nuevas obras.
Respecto a la materia orgánica, la comunidad cuenta con una veintena de plantas de reciclaje. Este tipo de materiales pueden transformarse en gases o compost, empleados como fertilizantes natruales.
Otro ejemplo del compromiso de Castilla y León con la economía circular es la reutilización de neumáticos. Cuando dejan de ser utilizados para su finalidad, estos pueden transformarse en polvo de caucho «para hacer nuevas carreteras o el suelo de los parques infantiles», explica Junco.
Huelga decir que los materiales reutilizados cumplen con los requisitos establecidos por la ley. «En este país no se puede poner una cosa en el mercado que no cumpla con los objetivos ni la calidad exigibles, recalca la jefa del Servicio de Residuos y Suelos Contaminados.