Un hombre, identificado como E.M.M., de 45 años, aceptó hoy en la sala de vistas de la Audiencia Provincial una pena de ocho años de prisión, así como 540 euros de multa, como autor responsable de un delito continuado de incendio con peligro para la integridad física de las personas, además de tres delitos leves de lesiones, después de provocar en la noche del 24 de marzo de 2021 tres incendios con un líquido inflamable en otras tantas viviendas de Grijota que estaban habitadas por sus moradores.
Tras reconocer los hechos, la sala ha tenido en cuenta como atenuante que el procesado actuó bajo alteración psíquica. Además, le ha impuesto 10 años de prohibición de residencia en la localidad de Grijota, así como la de acercamiento y comunicación con los perjudicados y la correspondiente indemnización para los perjudicados por los hechos.
Según el escrito de acusación, la Fiscalía sostenía que estaba acreditado que el acusado, sobre las 23,32 horas del 24 de marzo de 2021, tras saltar el vallado metálico existente sobre el muro perimetral entre la puerta de entrada de vehículos y la puerta peatonal de una vivienda situada en la calle El Arca de Grijota, se dirigió a la zona del porche para rociar todo con un líquido inflamable que llevaba en una botella de plástico para, a continuación, prender fuego con un mechero que llevaba en el bolsillo, causando daños tasados en 902,53 euros. Después roció la puerta de entrada de la vivienda y la prendió, para saltar después por un punto cercano al que le sirvió de entrada donde se encontraba estacionado un vehículo Audi Q3, que también incendió.
Esa misma noche, de igual manera, supuestamente prendió fuego a la puerta de entrada de otra vivienda situada en la calle Abajo de la misma localidad, causando en la misma menoscabos tasados en 4.041,21 euros y también en la persiana y ventanilla de ventilación de tercera casa situada en la calle Oro de la misma localidad grijotana.
Como consecuencia de estos hechos una de las moradoras de las casas afectadas sufrió lesiones por un cuadro ansioso, dejando como secuela estrés postraumático. Asimismo, otro de los moradores sufrió desestabilización de trastorno esquizofrénico previo, dejando también como secuela una agravación de su enfermedad. Asimismo, una tercera perjudicada por los hechos padeció un cuadro de ansiedad con alteraciones del sueño, por lo que precisó tratamiento médico con psicoterapia y medicación ansiolítica.