Antonio Pérez Henares

LA MAREA

Antonio Pérez Henares

Escritor y periodista. Analista político


Corrupción con aire de familia

27/02/2024

Las arpías enviadas por el Zeus socialista revolotean chillando sobre la cabeza de Ábalos exigiéndole que se tome la cicuta. Ha de inmolarse por sus pecados pero aún más para taponar con su cadáver la inundación de porquería que, saltando de diosecilla a diosecillo subalternos, Francina Armengol, Marlaska, Illa, Torres y algunos otros aún en penumbra, llega ya a los escalones y amenaza con anegar su trono en el Olimpo. Porque el señalado no sólo fue uno de los que moraban con Sánchez en las alturas sino el más cercano y predilecto, tanto que amen de darle el sitial más rico de la corte celeste le entregó la llave del Hades y lo hizo guardián del partido.

Había sido el primer compañero del destierro y de la reconquista del trono y por tanto fue premiado con la bolsa repleta de dracmas y el cargo de Cerbero. Algo pasó que no sabemos, aunque se susurraron por la corte bacanales, y fue despojado de su condición divina y expulsado del paraíso. Pero no lo dejó desnudo ni descalzo y lo amparó entregándole un escaño y una toga. Quizás se entendió que habiendo estado en tal cercanía del Dios Tonante y conocedor de todo lo que se cocía y se ocultaba en las tinieblas era mejor no arriesgarse a su enfado. Todo estaba controlado.

Hasta que emergió el troll de las montañas, el tal Koldo, el ayudante, el cachicán del cortijo, la mano que da y la que amenaza, el solucionador y el barrendero. Que a lo que parece entendió que puestos a barrer él también tenía casa y empezó a barrer para ella. Podía hacerlo dado el lugar y posición en que le habían colocado y el momento, angustia, dolor y muerte para tantos era oportunidad dorada para canallas y sinvergüenzas. Era fácil en sus manos el conseguir lo que quería y hacer que todos aportaran a la saca pues todos sabían cual era el árbol que le cobijaba. Tanto que hasta llegó a hacerlo consejero de Renfe y dejar claro que su voz replicaba la suya en todo el entramado ministerial, los organismos dependientes, como Puertos del Estado o Renfe fueron los primeros en pasar por caja, y los ministerios adyacentes.

Todos los que ahora, aparecen pregonados, la Armengol, hoy presidenta del Congreso, 4 millones, una llamada, el expediente para después y aunque el material resultó inutilizable no reclamó nada hasta no verse fuera del poder en Baleares; Torres, el presidente canario, ahora ministro de Territorios, 12 millones largos, de parecida manera sin saber de la empresa nada más que quien la "recomendaba"; Marlaska en Interior e Illa, entonces en Sanidad, se apresuraron a contratar también con aquella ignota y desconocida empresa cuya facturación pasó de 0 euros a 52 millones en un verbo.

Pero hay algo además en esta trama corrupta. Algo que desprende un cierto aire de "familia" al igual que la tienen otras que ponen su marca y estilo, como un Correa o un Bárcenas en los "peperos". En el caso socialista asoma este otro distintivo común que los identifica y hermana. Este de ahora trae de inmediato a la memoria, hasta hay algún parecido razonable en trazas y pelajes, con aquel Roldán en calzoncillos y que lleva inevitablemente a las imágenes ofrecidas por el Tito Berni, tan cercanas y apagadas por la aplicación de la omertá, como remedio, y que por cierto tocó en Canarias a la misma puerta a la que estos.

Yéndose atrás en el tiempo, aunque no mucho, aparecen aquel asaba vacas con billetes, el chófer de la coca, el director general del "alterne", el del pago en el prostíbulo con la tarjeta oficial y como telón de fondo las mariscadas sindicadas y sindicales. Y siempre la misma murga en las excusas, siempre la misma cantinela de los prebostes y voceros aunque en estas si que hay una unificación de la sintonía en todos los partidos. La de ahora, la de Ábalos, es de aurora y de las boreales. Dice que hubiera dimitido si esto le pilla siendo ministro. No se puede tener ni más papo ni más morro. Porque esto sucedió precisamente cuando era ministro y secretario de organización del PSOE. Y precisamente pudo hacerse, y se hizo, porque él era el ministro y el mandamás del PSOE. Se hizo cuando era su mano derecha y su sombra quien lo ejecutaba. Pretender hacernos creer que no sabía nada es tomarnos por tontos. Aunque a lo mejor lo que está haciendo llegar al Olimpo es otra cosa. Que sabe todo y que los puede mandar al Hades, o sea, para que nos entendamos todos, al Infierno. Porque la pregunta sigue flotando en el aire. ¿Por qué lo defenestró de aquel modo repentino y sorprendente manera, Sánchez. ¿Qué había sabido de sus andanzas y que sabía y callaba Ábalos para recuperarlo después como diputado? Habrá muchas declamaciones de honradez, pero descuiden que a esto, respuesta no habrá ninguna.