Las asociaciones de autismo piden más personal especializado

César Ceinos
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Las responsables de las dos entidades palentinas hacen hincapié en la necesidad de pedagogos terapéuticos, logopedas y ayudantes técnicos educativos

Imagen de archivo de un niño con autismo aprendiendo a atarse los cordones de las zapatillas. - Foto: Brágimo (ICAL)

Más personal especializado y con más formación para atender a escolares a los que han diagnosticado un trastorno del espectro del autismo (TEA) en la educación. Así se resume una de las principales peticiones de las dos asociaciones específicas con sede en la provincia, Autismo Palencia y Mundo Azul, con motivo del Día Internacional del Síndrome de Asperger, uno de los TEA, que se celebró ayer coincidiendo con la fecha de nacimiento de Hans Asperger.

Entre sus demandas, sobresale la incorporación de más pedagogos terapéuticos (PT), logopedas y ayudantes técnicos educativos (ATE) en los centros escolares. La presidenta de Autismo Palencia, Laura Matallana, calificó de insuficientes los medios humanos de los colegios de la provincia para atender a alumnos con autismo. «Los niños tienen que tener la ayuda que necesitan para que la educación sea la adecuada. Muchos de ellos son jóvenes dependientes y que necesitan una persona de apoyo», señala. 

Desde Autismo Palencia comentan que hay diferencias entre los colegios palentinos, estando algunos mejor preparados que otros a la hora de atender a este colectivo, aunque asegura que «en cualquiera de ellos, por muchos apoyos que haya, siempre son escasos». La única excepción que rompe la regla es el centroespecial Carrechiquilla de la capital, que «sí cuenta con todo lo necesario» para recibir a escolares con TEA, pero recuerda que «la mayor parte de los niños con autismo van a colegios ordinarios». 

En este punto coincide con su homóloga de Mundo Azul, pero esta asegura que una persona con síndrome de Asperger -«o autismo de grado 1», como detalla Blanco- «no iría allí». «En las zonas rurales, si solo hay un niño con necesidades especiales sí que tienen una persona de apoyo casi en exclusiva. En un centro más grande puede haber, aproximadamente, una por cada ocho o nueve escolares con necesidades especiales», comenta. La ratio, según su punto de vista, debería reducirse, ya que «la persona de apoyo está destinada para los niños de un colegio ordinario con todas las discapacidades. Hace falta más personal».

Por otro lado, Matallana asegura que la incorporación de personal adecuado es una demanda que también exigen «constantemente» desde los propios centros. «Pero el Ministerio y la Consejería dan el apoyo que dan y es claramente insuficiente», insiste. Además, desde Autismo Palencia abogan por una mayor adaptación de las instalaciones de los colegios a los escolares con autismo. Y para ello, su presidenta pone algunos ejemplos. «Quizá un aula debería tener pictogramas, un método de comunicación que utilizan las personas con TEA», expone la responsable de Autismo Palencia antes de explicar la necesidad de que también haya un área de descanso para que puedan tomar un respiro y posteriormente volver a clase.

Por su parte, desde Mundo Azul ruegan a los profesionales un mayor conocimiento para atender al colectivo, que, lamentablemente, «es más tendente a sufrir problema de bullying por las dificultades para comunicarse y relacionarse, lo que hace que estén más apartados». «Que los profesores estén más formados a la hora de poder reconocer su discapacidad para facilitar su diagnóstico, poder ayudarles e informar al resto de la clase para favorecer su integración», subraya Blanco.

OTROS ÁMBITOS. Más allá del ámbito educativo,Blanco expone que las personas con autismo tendrían que tener un mayor apoyo para encontrar trabajo. «Necesitan ciertos apoyos. Tienen muchas dificultades para estar en el mundo laboral y su tasa de paro es mucho más alta que la población neurotípica porque tienen mucha dificultad para mantener el empleo», asegura.

En cambio, denuncia que en el sector público hay una tardanza que supera los seis meses a la hora de realizar los test para diagnosticar un TEA. «A la asociación, que ofrece este servicio, han venido familias que han terminado desesperadas porque no avanzaba la lista», expone antes de explicar que «cuando acude una familia que sospecha que su hijo puede tener autismo les derivamos a la sanidad pública porque es un servicio que incluye la SeguridadSocial».

Por ello, incide en que es necesario «más personal y cualificado»  y más cuando desde la pandemia se ha venido registrando un aumento de casos de personas con autismo. «Nosotros hemos tenido un incremento muy alto. Vamos in crescendo.Cada mes acuden dos familias nuevas», concluye.